Te pienso para que todo esté bien. Te pienso porque sos todo lo que está bien, Jesús.
Entre angustias, estrés y tiempos acortados que nos ofrece el mundo; estas vos. Con tanta paz, tratando de agarrarme la mano, invitándome a serenarme. A enfocar y recordar lo esencial.
No importa que tan difícil sea, es que si te tengo a Vos, sé que puedo.
Cuando todo empieza a dispararse, me basta parar 2 minutos y verte, contemplarte ahí, tan alrededor y tan dentro mío. Y así, tomar fuerzas para seguir.
Que cada día sea una nueva oportunidad para mirarte, contemplarte y poder compartirte, poder salir al encuentro del hermano, como vos lo haces conmigo. Que todos los días sea una nueva oportunidad para aprender a amar más la vida, la circunstancia y el Cristo que tengo al lado.
Lucía Pérez