Gracias Señor por tu inmenso amor.
Gracias por llamarme a ser un apóstol tuyo,
testigo de tu amor en el mundo.
Ayúdame a ser astuto como serpiente
y sencillo como paloma,
anunciando tu Reino en todo tiempo y lugar.
Ayúdame a confiar siempre en tus promesas,
especialmente ante las pruebas y dificultades.
Amén.