Evangelio según San Mateo 11,20-24

martes, 17 de julio de

Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza.

Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú”.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


P. Raúl Gómez sacerdote de la Parroquia Virgen Peregrina de Godoy Cruz, Arquidiócesis de Mendoza

 

 

 

 

 

Nos encontramos en torno a la Palabra del señor en este día.


El Evangelio nos relata cómo Jesús recrimina a aquellas ciudades que no han creído en los milagros que Él ha realizado y pone como ejemplo ciudades consideradas como impuras, si allí se hubieran hecho los milagros, realmente hubieran creído.


Esto para nosotros es un mensaje clave y preciso saber que cada acción del Señor tiene que ver con una respuesta a nuestra fe. La fe que nos permite creer en su Presencia y que Él haga posible lo imposible.


Esta Palabra del Señor nos tiene que llevar a reflexionar cómo estamos viviendo nuestra fe, como la cultivamos en lo cotidiano, qué hacemos para acercarnos más al Amor del Señor y no quedarnos sólo en los milagros sino ir a lo profundo donde Él nos muestra el Camino verdadero, camino que se hace Vida para nosotros.


Por eso pidamos al Señor la Gracia de creer en los signos, en los milagros que va realizando cotidianamente; que al final de cada día podamos repasar y descubrir cómo el Señor ha obrado y cómo mostró su Presencia para nosotros y quienes caminan a nuestro lado.


Que el Señor sea luz y guía en el camino de la vida y quiera Dios que no nos pase como a estos pueblos a quienes Jesús les recriminó la falta de fe. Que podamos ser hombres y mujeres de fe.


Que Dios los bendiga y acompañe siempre.

 

 

Oleada Joven