Evangelio según San Mateo 13, 36-43

lunes, 30 de julio de

Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.» El respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


 

Nos encontramos en torno a la Palabra del Señor. Nuevamente el evangelio nos sale al encuentro con este momento especial
donde Jesus deja a la multitud y regresa a la casa con los discípulos y allí ellos se acercan a pedirle que les explique
la parábola del trigo y la cizaña. Él la explica claramente y con mucha delicadeza.Parecería que muchas veces la Palabra
de Dios pasa de largo en nuestras vidas y necesitamos detenernos para entender los signos que aparecen en ella para
comprender lo que Jesús quiere decirnos: el trigo y la cizaña. El bien y el mal. Son las dos opciones que tenemos en la
vida. Obviamente el Señor nos propone un camino desafiante, con obstáculos pero también lleno de gozo y felicidad. Pero
siempre está allí la cizaña.
Jesús les explica esta parábola y habla de aquel que siembra la semilla, que es él mismo: el “Hijo del hombre”;el campo
es el mundo donde cae la semilla y debe dar fruto abundante. La “buena semilla” son aquellos que pertenecen al Reino de
los cielos.
Sería interesante que nos preguntemos, en este día, cómo está nuestra vida; nos sentimos Buen semilla ? Porque, si está
la cizaña en nuestra vida, tenemos que pedirle al Señor que nos de la Gracia de poder arrancarla de raíz para que no dañe
a la buena semilla.
Al final de la cosecha aparece Jesús diciendo que “los cosechadores son los ángeles” y al final de los tiempos el Señor
quien nos juzgará de acuerdo a cómo hemos obrado y, especialmente, si hemos vivido de acuerdo al Amor que Él nos ofrece.
En eso se basa el “Juicio final”.
Pidamos a Jesús, en este día, que nos conceda la Gracia de poder reconocernos Buenas semillas y que nunca dejemos de
anunciar el Reino allí donde Él nos envía.
Que tengan un bendecido día.

 

Oleada Joven