Cuando me extravio sales a mi encuentro. Cuando decido abandonarte Dejas que prosiga mis caminos, soy libre. Pero igual, sigues ahí, junto a mi.
Bien, me siento muy bien, puedo seguir, noto que no era tan necesiario estar de tu mano. Pero ¡cómo eres Señor! , sigues junto a mi, pero no como ayer, ahora decidí alejarme unos pasitos… me encuentro bien aquí. .. Sueltame, sueltame. Porque me encuentro bien, puedo sola.
Pasan los días de pronto y sigo pero ya no te veo, ni cerca, ni a unos pasos… Me pregunto: ¿a dónde te has ido mi Jesús? , justo ahora que te necesito. Y miro a mi alrrededor, y no te encuentro. Debo reclamarte, Me has abandonando. Cansada del camino, tomo un descanso, me cansé de andarte buscando. En el silencio, en mi interior es cuando suena el: “Aquí estoy”. Jamás te fuiste, fui quién emprendió la retirada … En el susurro puedes sentir que te dice, “Te has desviado del camino que mi Padre con tanto amor pensó. .. pero espera, ten fe y no te preocupes…
“Mi Padre Dios y Él tiene todo bajo control, ahora me has encontrado a mi, como tu guía en lo íntimo de tu interior y esa es la batalla ganada porque reconoces que Soy quién vive en ti… Quién se hospeda como un dulce huésped del alma y si tu me quieres siempre estaré aquí contigo guiando tu camino”. M.L