En verdad, en verdad les digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
Palabra de Dios
P. Javier Soteras, director de Radio María Argentina
Si el grano de trigo que cae en tierra no muere; queda solo, pero si muere da mucho fruto.
Jesús; está en un momento cumbre en su vida. Frente a la situación acordada con su Padre, de darlo y entregarlo todo por amor. Jesús; nos exhorta a ir por el camino sin guardarnos nada, solo nos pide “dar vida” y darla en abundancia.
Solo hay vida, cuando es entregada. La vida, el mayor bien por el cual se miden todos los demás bienes. Si es entregada no solamente es bien conservada, sino que es fecundamente reproducida. La naturaleza tiende a guardar lo más valioso, pero el Señor nos dice que: “La mejor forma de guardar lo más valioso, no es escondiéndolo; sino entregándolo y ofreciéndolo”. La vida ofrecida, la vida entregada ¡es vida multiplicada!
Por estas horas, hemos estado en un debate y en un duelo entre la vida y la muerte en el vientre materno. La vida inocente, la vida que no puede expresarse por sí misma. Y hemos tenido gestos de grandeza en la búsqueda de, no solamente defenderla, sino hacerla acrecentar en la conciencia de todos a esta vida escondida. En lo de todos los días también se juega esto.
No escondamos la vida y si está escondida por allí, en el deseo de amar, de construir una patria distinta, de sembrar esperanza, de recuperar alegría, de luchar por ideales que verdaderamente valen la pena, no dejemos de hacer esfuerzos para que así sea.
Que el Señor nos de la gracia para estar a la altura, de la Vida con mayúscula, en cada situación, donde la vida está en juego, sabiendo ofrecer lo mejor de nosotros para que, la vida en todas sus formas se multiplique.