Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10, 12-14

lunes, 13 de agosto de

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?” Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: “Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.

 

¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre Celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños”.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


P. Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

 

 

 

 

Nos encontramos en torno a la Palabra del Señor. En este día el evangelio de San Mateo nos relata está escena bíblica donde aparecen Jesús y los discípulos que van a preguntarle quién es el más grande en el Reino de los cielos. Jesús, con la sabiduría de un maestro, les presenta un niño, lo pone en medio de ellos y les recuerda que si no se hacen como niños no entrarán al Reino de los cielos.

¿Qué significa hacerse como niño? Ser como niño significa dejarse conducir y acompañar; también ser frágil, transparente, inocente.

Para entrar en el Reino de los cielos necesitamos la guía de nuestro Padre Dios. Él es quien nos muestra el Camino y para eso tenemos que ser pequeños y humildes. Y en Su invitación entramos todos. Por eso, en este día, pidámosle al Señor descubrir, con la simpleza de un niño, el camino al Reino.

Para poder ser Grande hay que ser como niño. “Hay que ser el último y Servidor de todos”, va a decir Jesús en otro pasaje bíblico y esto le añade la parábola del hombre que tiene 100 ovejas y pierde una de ellas. Jesús les pregunta a los discípulos “¿no deja a las 99 restantes para ir a buscar la que se perdió? Y si llega a encontrarla les aseguro que se alegrará más por ella que por las 99 que no se extraviaron “. ¿Qué significa esto ? Que todos somos importantes en el camino del Señor, incluso aquellos hermanos que quizá han elegido vivir sin Dios y se han cerrado a su Gracia. El Señor está dispuesto a salir a buscarnos. Todos hemos sido, alguna vez, una oveja extraviada. Todos hemos sido encontrados por Él. Seguramente con las heridas de la vida que nos han marcado. Jesús, como el Buen Pastor, viene a curárnoslas y llevarnos a un lugar seguro donde Él, con su redil, puede estar con nosotros, marchar delante de nosotros y está dispuesto a dar la vida por nosotros. Él nos habla al corazón y nosotros reconocemos su voz.
El Salmo 22 nos dice ” El Señor es mi Pastor. Nada me puede faltar. Me hace descansar en verdes praderas. Me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. Me guía por el recto sendero por amor de su nombre ”

No olvidemos hacernos pequeños, como niños, para entrar al Reino de los cielos y estemos atentos a reconocer en Jesús al Buen Pastor, aquel que da la vida por nosotros, que está dispuesto a salir a buscarnos y a sanarnos.

Queridos hermanos, que tengan una hermosa jornada y que el Señor bendiga todos los días de sus vidas.

 

 

Oleada Joven