1) “Hijos míos, amen a la Inmaculada; amenla y ella los hará felices, confíense a ella totalmente”.
2) “Aquel que ama generosamente a la Inmaculada, se salvará y se santificará él mismo y ayudará a otros a santificarse”.
3) “Con la ayuda de la Inmaculada, podemos alcanzar la santidad heroica”.
4) “La Inmaculada, ¡ese es nuestro ideal! Acercarse a Ella y asemejarnos a Ella. Dejar que Ella domine nuestro corazón y todo nuestro ser, que Ella viva y obre en nosotros y por nosotros y que Ella misma ame a Dios con nuestro corazón, para pertenecer totalmente a Ella sin condiciones. ¡Ese es nuestro ideal!”.
5) “Nuestro fin es acrecentar el amor hacia Ella y abrazar de su amor a todo el mundo. Para este fin trabajamos, sufrimos y queremos continuar trabajando hasta la muerte”.
6) “Busquemos acercarnos a la Inmaculada con la oración y la penitencia. Si en nuestros corazones arde el amor por ella, con el amor nos vendrán todos los bienes”.
7) “Es necesario ser santos no a medias, sino totalmente para gloria de la Inmaculada y mayor gloria de Dios”.
8) “Dejate conducir por sus manos inmaculadas; sé su instrumento; hasta hoy nadie ha acudido a Ella inútilmente. Confíale todas tus empresas y se dignará obrar. La victoria es segura en sus manos inmaculadas. La vida externa, de apostolado, es fruto de la vida interior. Confía sin medida en la protección de la Inmaculada”.
9) “Con la ayuda de la Inmaculada, convertiremos al mundo entero. Entonces, ¡a trabajar! Solos, no somos capaces de hacer nada, pero con la ayuda de la Inmaculada, convertiremos el mundo entero; sí, se los repito: ¡pondremos el mundo entero a sus pies! ¡Por nuestra parte, debemos ser sólo suyos, totalmente, ilimitadamente!”.
10) “La Inmaculada tiene sus planes y sus intenciones. Nosotros sólo debemos dejarnos conducir por Ella… Cada día, cada instante, cada vez más perfectamente, cuando y como a Ella complace”.
11) “Toda conversión y toda santificación son obra de la gracia, y Ella es la Medianera de todas las gracias. Entonces, Ella sola basta para implorar y dar las gracias”.
12) “Ella nos dirija totalmente para que nuestro «YO» desaparezca y se consuma; para que nos propongamos, como fin, su causa; para que nos abandonemos completamente a Ella y le pertenezcamos. Estemos atentos a no traicionar este fin y a ser en cada instante más de la Inmaculada. De esto depende todo el rendimiento externo y toda nuestra actividad”.
13) “Concédeme alabarte, Virgen Santa, concédeme alabarte con mi sacrificio concédeme por ti, solo por ti, vivir, trabajar, sufrir, gastarme, morir”.
14) “Señora mía, Reina mía, Madre mía, has mantenido tu palabra, para esta hora he nacido”.