Un asesino que llegó a convertirse en monje

martes, 14 de agosto de
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Clayton Anthony Fountain (1955-2004) fue un preso federal, miembro de la Hermandad Aria y asesino convicto. Nació en el hospital militar de los Estados Unidos de Fort Benning, Georgia. Era el mayor de seis hermanos (tenía otro hermano y cuatro hermanas). Su padre, Clayton Raleigh Fountain, llevó la vida nómada de un soldado de carrera, por lo que la familia se trasladaba cada año y medio o dos años.

 

Clayton, al ser el mayor de los hijos, se ocupaba de todo: cocinaba, planchaba, servía, limpiaba y cuidaba de sus hermanos. Con 19 años, Fountain entró en los Marines y fue enviado a Filipinas. Fue sentenciado a cadena perpetua por asesinar a su sargento en 1974. Comenzó a cumplir su condena en Leavenworth/Marion, en los Estados Unidos, la mayor cárcel de seguridad del país en esa época.

 

Estando en la cárcel en 1983, asesinó estando a tres prisioneros y a un oficial de prisiones con un cuchillo casero. Era conocido como el “prisionero más peligroso” del sistema federal y el FedMed le atribuyó el estatus de “persona sin contacto humano”, condenándole a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Fue trasladado al Medical Center for Federal Prisoners (Centro Médico para Prisioneros Federales) de los Estados Unidos en Springfield (Missouri), donde vivió en una unidad de aislamiento especialmente construida para él.

 

Sólo podía tener contacto con personal autorizado. Estuvo los siguientes veinte años en aislamiento total.

 

¿Cómo comenzó el procesos de búsqueda espirtual de Clayton?:”Su transformación comenzó al sentir “amor” a través de la correspondencia que mantuvo con una mujer que nunca pudo conocer. Ella también estaba en una búsqueda espiritual y animó a Clayton a hacer la suya. Cuando ella sintió que el recorrido que estaba llevando a cabo Clayton estaba fuera de su alcance, le animó a buscar un director espiritual y le sugirió que preguntara en un monasterio trapense que ella había visitado en varias ocasiones. Clayton empezó a sentir un nuevo tipo de determinación, obtuvo un GED [General Educational Development Test: examen que certifica el nivel de escuela preparatoria] y aprendió de manera autodidacta a mecanografiar para, así, ganar dinero y poder empezar un curso universitario por correspondencia.”, dijo el padre Paul W. Jones, OCist, el sacerdote que lo acompañó. Quien también escribió su experiencia con Clayton Fountain y su increíble transformación espiritual en su libro, A Different Kind of Cell: The Story of a Murderer Who Became a Monk [Un tipo diferente de celda: la historia de un asesino que se convirtió en monje] (Eerdman Publishers).

 

En los últimos años de su vida Clayton se convirtió al catolicismo, hizo varios cursos de formación, sobre todo en Teología y disciplinas afines, y se asoció a la orden trapense de los monjes cistercienses de Ava, en Missouri, que lo aceptaron como hermano laico.

 

“Con el tiempo, el alcaide de la prisión permitió que un guardia le pasara a Clayton un teléfono a través de la ranura para la comida para que, así, pudiera llamarme, una práctica que acabó siendo semanal. Durante este tiempo obtuvo su licenciatura con los máximos honores. Por último, se me dio permiso para visitarle en algunas ocasiones, pasando a través de nueve puertas con guardias, y poder hablar con él a través de la ranura para la comida de su puerta de doble acero. Clayton fue bautizado con grilletes, lo que convirtió la ceremonia en algo extraño, y pronto empezó a sentir la llamada al sacerdocio. Para ello, empezó a realizar su doctorado por correspondencia, que llevaba muy adelantado, con las notas máximas, cuando le sobrevino la muerte. De todas formas, hubiera necesitado una dispensa especial del Papa, porque el asesinato impide tomar las sagradas órdenes”, comentó el sacerdote en una entrevista con el medio Religión el Libertad.

 

“A medida que la dirección espiritual proseguía, la vida de Clayton se parecía cada vez más a la de un eremita: solitaria, oficios diarios, lectio divina, lecturas espirituales, dirección espiritual, etc. Le recomendé que leyera algo sobre los primeros eremitas del desierto y le interesó. Fue, por lo tanto, una decisión mutua”, agregó Jones.

 

 

Fountain llegó a conocer la religión católica a través “de su “novia”, quien le escribió porque había aparecido un artículo sobre él en el periódico. Ella era evangélica y en la carta le hablaba explícitamente de la fe protestante. Al cabo de un tiempo le dijo que iba a empezar el Rito de Iniciación Cristiana para Adultos para explorar la posibilidad de convertirse al catolicismo. Le invitaba a leer el mismo material que ella y a hablar con el capellán católico de la cárcel. Él estuvo de acuerdo, pero al cabo de un tiempo ella abandonó. En cambio, el interés de Clayton continuó. Fue entonces cuando ella escribió al monasterio para pedir que alguien le ayudara como director espiritual, comentó el sacerdote.

 

 

Fountain llegó a decir que el espacio de 37 metros donde pasaba toda su vida, “Ya no era mi lugar de sepultura, sino una tumba vacía, porque me había convertido en prisionero de Cristo”.

 

 

 

Clayton murió de un ataque al corazón en el año 2004.

 

 

Fuente: Religión en Libertad

 

Oleada Joven