Es en lo pequeño donde se gestan las grandes historias. En la desnudez vulnerable, en el hambre de evangelio, en la caricia tímida, en la palabra discreta, en la revolución silenciosa. Así es tu amor. Un grano de mostaza que ya anuncia un árbol. Levadura invisible que entreteje, en lo profundo, una justicia inmortal que ha de alzarse al calor del fuego que es tu anuncio.
Es en lo pequeño, sí, donde cabe tu verdad.
Magnificat recitado por una muchacha pobre. Letras en la arena que solo el pecador entiende. Perfume guardado para la fiesta especial. Amistad de un leproso que regresa a dar las gracias Campesino que ayuda a cargar la cruz. Cabellos que secan lágrimas de agotamiento y culpa. Humano temor que pide: ‘Velad conmigo’.
Así, en lo pequeño, explota el Reino. Y otra vez sin enterarnos.
José María R. Olaizola