Cada 30 de agosto la Iglesia celebra a Santa Rosa de Lima, primera santa del continente Americano. Su festividad, viene asociada a curiosos fenómenos meteorológicos conocidos como la “tormenta de Santa Rosa”.
¿De dónde nace esta leyenda? Para comprender tenemos que situarnos en el año 1615, frente a las costas peruanas de El Callao. La temible flota del pirata holandés Jorin Van Spilbergen se acercaba a la ciudad de Lima. En la tierra del Virreynato el pánico reinaba porque en cualquier momento los piratas saltarían a tierra con sus hombres para sembrar el terror y la muerte a sangre y fuego en toda la región.
Entre los habitantes que se aprestaron a la defensa se contaba Santa Rosa. La joven, que en ese tiempo tenía 29 años, reunió a las mujeres de la ciudad y las convocó a reunirse en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario (convento de Santo Domingo) para orar por la salvación de Lima.
Fue una tormenta la que evitó que desembarcasen, y dispersó su flota. Todo se debió, según la tradición, a los rezos de Isabel Flores de Oliva, conocida luego como Santa Rosa de Lima. Desde aquellos tiempos, toda tormenta que ocurra cerca del 30 de agosto, se la asocia a Santa Rosa, su fecha en el santoral católico.
¿Por qué se da este fenómeno atmosférico?
Desde el Servicio Meteorológico Nacional afirman que el invierno no es una estación muy frecuentada por las tormentas, dado que estas para su desarrollo, requieren de ciertas condiciones atmosféricas y energéticas que son más comunes en la primavera y el verano. “Sin embargo, ya a fines de agosto aumenta la disponibilidad de energía del Sistema Climático terrestre y se dan cambios en la circulación atmosférica regional”, explican.
Un estudio, según el Servicio Meteorológico Nacional, realizado para el período que va del 25 de agosto al 4 de septiembre, muestra que en sólo 62 de los últimos 112 años (1906-2017), hubo al menos una tormenta en la Ciudad de Buenos Aires, lo que representa el 55% del total, es decir ue hubo presencia de tormentas en alrededor de la mitad de los casos. Desde el organismo aclaran que este fenómeno no se observa en todo el país, sino en la franja este y centro, donde se las dan condiciones más húmedas.