Sobre el amor

miércoles, 19 de septiembre de

Construiremos mil muros para ocultarlo. Callaremos de mil maneras sus miles de expresiones. Negarenos que nunca nos tocó, que nunca se apropió de nosotros. Taparemos con brillantes barnices su luz. Pintaremos incluso nuevas maneras de verlo, nuevas formas para no reconocerlo. Seremos fuertes en ocultarlo, mientras tengamos ciento de formas de contención. Sonreiremos creyendo que lo superamos. Elevaremos clamores de triunfo aún viendo que ya no está frente a nuestros ojos. Cantaremos victoria de una guerra que en realidad jamás ganamos. Seremos fuertes mientras dure sostenernos. Pero al final ¿qué nos quedará? Pues, tan sólo el engaño.

 

Mentirnos, porque es el mejor recurso de no volver al pasado. Mentirnos, creyendo que ya fué, que se olvidó, que murió. Mentirnos, porque es la mejor forma de creerse fuerte. Mentirnos, porque mintiendo mostramos ser lo que querríamos ser, pero que en realidad, no somos. Mentirnos, porque mintiendo avalamos a esos que dicen poder superarlo todo fácilmente. Mentiremos a muchos, pero no a nosotros mismos. Mentiremos a cuantos querramos, pero no al corazón.

 

Cambiaremos mil maneras de vivir. Trasladaremos el cuerpo a muchos lugares para olvidarnos. Conoceremos muchas más experiencias, pero ninguna tan rica como ésta. Intentaremos desplazar lo que fué, lo que se sintió, lo que desbordó, lo que se desmanó. Pero a pesar de todo, en el fondo, en lo profundo de todo, allí sigue manando esa fuente. Sentimos que eso aún te habita, eso es el amor. Y que habite eso otro no es poca cosa. Cuando hemos amado de verdad ¿qué puede superar tan noble y sublime experiencia?

 

Matías García Fernández