LLAMANOS A SER PESCADORES DE HOMBRES

miércoles, 26 de septiembre de
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<Les compartimos la hoja de ruta para la Adoración Jóven>

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,14-20):

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.

Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio.»

Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.

Jesús les dijo: «Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.


 

Pescador de Hombres: “desde ahora serán hombres los que atraparás”, esa es la traducción exacta que la Biblia la traduce como pescadores de hombr


 Reflexiones sobre la lectura de hoy:

“Ellos eran pescadores”. La pesca era la principal industria de Galilea. Simón y Andrés poseían redes, y daban trabajo a otros; para seguir a Jesús, abandonaron todo esto. La persona y el llamado de Jesús era tan irresistible, que tomaron la decisión sin necesidad de prepararse.

Nada podía ser más normal para los pescadores que lavar sus redes. No era difícil; pero tomaba su tiempo. Era una tarea que permitía conversar con otros pescadores y programar la próxima salida al lago. Este día, para Santiago y Juan, Simón y Andrés, fué distinto. Al pasar Jesús y llamarlos para que lo siguieran. Ese llamado sería repetido día a día, en todos los sucesos del diario vivir.

El Señor los invita a cambiar de profesión. Pasan de ser pescadores de peces a ser pescadores de hombres. Pasan de trabajar por la vida terrena a trabajar para la vida
eterna.

También para nosotros – en medio de nuestro trabajo, vida familiar y enfermedad – el profundo llamado a seguirlo, cuidar de los demás y darle a Él un lugar prioritario en nuestras vidas. ¿Puedes recordar los momentos en que te diste cuenta que te sucedió a tí?

Las vidas de los discípulos cambiaron desde el día en que siguieron a Jesús: dejaron de ser pescadores, y el mundo sería su hogar en adelante. Los apóstoles viajarían lejos con la memoria y los relatos de Jesús, y llegarían a morir en su Nombre. En nuestras oraciones ofrezcamos nuestro futuro al Señor, con generosidad y confianza.Señor, enséñame a conocerte mejor, amarte más y servirte más fielmente en mi vida.

Jesús llamó a sus discípulos cuando estaban en su trabajo diario. Él se involucra en sus vidas, y ellos sabían que Él tenía algo importante que ofrecerles. Parecían pensar que podrían participar en su proyecto que llamaba “El Reino de Dios”. Nos encontramos con el llamado de Dios, para ser los personajes de los Evangelios, en los momentos más comunes de nuestra vida. Somos invitados a ser personas para quienes el amor de los demás es la razón para todo lo que hacemos y decimos. En lo ordinario nos volvemos discípulos, y en lo ordinario podemos llegar a ser santos.

Jesús no eligió gente especial, como soberanos, intelectuales o filósofos. Cristo elige hombres sencillos, pescadores, hombres de trabajo. Jesús sabe bien a quien elige y porque lo elige, en esta ocasión hombres que echan la red al mar sin saber que tipos de pescados sacaran. Del mismo modo cuando un predicador arroja sus palabras sobre los hombres, no conoce de antemano quienes se acercarán a Dios.

¿Hacia dónde va nuestra vida?, ¿hacia donde caminamos?, ¿a que vamos?, pareciera fácil responder si decimos a la vida eterna, caminamos hacia la eternidad y vamos a contemplar a Dios, esa es la meta que no hemos programado. Ahora bien ¿como se llega?, seguramente cada uno pensará en un determinado camino, pero yo tengo la convicción que para llegar de forma segura, es caminar junto a Jesús, seguir sus pasos, <>

Pedro y Andrés no habían visto a Jesús hacer milagros, no habían oído hablar al Señor del reino de los Cielos, sin embargo al oír la voz de Jesús, ellos lo dejan todo por seguirlo. Seguramente, ellos vieron la dulzura del alma de quien los invitaba. Ellos creyeron y tuvieron fe. Nos enseña Jesús, que no debemos aferrarnos a las cosas terrenales si queremos ir a la vida eterna.

 


PREGUNTAS REFLEXIVAS:

  1. ¿Estoy dispuesto a seguir a Jesús?
  2. ¿Cómo respondo el llamado de Jesús?
  3. ¿ Creo que Jesús me llama a ser pescador de hombres ? 

Diálogo con Cristo

Señor, tu «síganme» no deja de resonar en mi corazón. Es sencillo entusiasmarme por el llamado, pero mantener ese entusiasmo cuando las exigencias parecen sobrepasarme, es imposible si Tú no estás como centro y motivo de mi vida. Permite que viva cada día como una nueva oportunidad para crecer en el amor. Quiero ser, vivir, pensar, trabajar, gozar y sufrir por Ti. Ayúdame a ser fiel en mis compromisos como miembro del Reino de Cristo; dame la gracia de serte fiel en las obligaciones de mi vida diaria, porque la fidelidad se construye en las cosas pequeñas y en el momento presente.


REFLEXIÓN:

Hacerse pescadores de hombres es hacerse con Jesús capaces del ministerio de Jesús, el ministerio de Jesús es claro “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para anunciar la Buena Noticia a los pobres, me ha enviado para proclamar la liberación de los cautivos y dar la vista a los ciegos”, hacerse pescadores de hombres es participar del anuncio de Jesús y participar de la fuerza liberadora que hay en Jesús. Él pesca, saca del agua los peces, es decir saca de la muerte, en término figurado. A esto es a lo que Jesús invita a los discípulos, esto es lo que el Señor obra en nosotros, el Señor viene a rescatarte de las aguas profundas de angustias, de tristezas, de depresión, de desequilibrio emocional, el Señor viene a rescatarte del desgano, viene a sacarte de todo lo que oprime al corazón, de tus desencuentros, de tu ahogo, el Señor te rescata y te invita después de experimentar la gracia de liberación que obra hoy en tu corazón, te muestra cuánto podes hacer vos también por los demás, pero primero déjate pescar por Jesús.

El camino de la liberación en donde Dios mete su mano para pescarnos es distinto en cada uno de nosotros, seguramente que allí donde Dios te pesca desde ese lugar te invita a pescar, el Señor te ha pescado o te viene a pescar para que desde allí donde fuiste pescado desde ese mismo lugar pesques a otros, habiendo echo experiencia de la liberación de Dios en tu propia historia, desde ese lugar existencial de liberación te animo a pescar con Jesús.

 

 

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