Señor, en este mes misionero te entrego mi vida,
la de mi comunidad, la de mi familia
y todos nuestros planes.
Tomá nuestra mano,
guiá nuestras actividades que buscan acercarte a otros,
y ayudanos a continuar
siempre unidos en tu amor.
Gracias por llenarme de energía a través de los rayos del sol,
por llenar cada parte de mi cuerpo con tu presencia,
por demostrarme cada día que siempre estás a mi lado,
luchando cada una de mis batallas.
En tu nombre quiero vivir este día, junto a los míos,
y a los que me pongas en el camino.
Amén
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