En diálogo con “La Noche Joven” por Radio María Argentina, dijo que “la Iglesia no está queriendo hacer una investigación sociológica sino poner sobre la mesa las experiencias de vida de tantos jóvenes y no sólo los de nuestras pastorales o movimientos, sino todos los jóvenes. Por eso implica también a veces reconocer que no estamos acompañando a todos o que no salimos al encuentro de lugares también vitales” comentó Mariano García.
El argentino explicó que el Sínodo se desarrolla en 3 etapas: La primera etapa fue de reconocer y supuso mucha escucha; la segunda etapa tuvo que ver con la interpretación, “para intentar descubrir que nos está diciendo Dios en esa escucha de la realidad” y por último, “ahora comenzamos la etapa de elegir: bueno al momento de escuchar, interpretar lo que Dios nos dice a través de la vida de tantos jóvenes, qué caminos nuevos tomar”.
En relación a la dinámica de cada día, explicó que “hay 5 casas en las cuales viven los obispos, cardenales y auditores. Desayunamos juntos y nos vamos hacia la sala en la cual trabajamos. El primero que nos recibe siempre es Francisco y se toma el tiempo para recibirnos a cada uno, nos pregunta si descansamos y cada uno aprovecha para decirle una palabra cada día. Después nos encontramos todos, unos 300 participantes. Entre medio tenemos algunos break, y los argentinos y uruguayos nos encontramos para tomar unos mates, compartir y seguir conversando. Al mediodía volvemos a nuestras casas y retomamos a las 15,30. Terminamos alrededor de las 17,30 donde volvemos a descansar”.
Las Asambleas, los trabajos en grupo y el compartir de estos días apuntan a la redacción de un documento final del Sínodo que se le presentará al Papa Francisco, luego de la reflexión y con propuestas. Después, el Papa Francisco, explicó Mariano, seguramente elaborará una encíclica post sinodal con alguna invitación pastoral que llegará a cada lugar. Cada Diócesis, movimiento y pastoral tendrá la tarea de adaptar las propuestas a sus realidades específicas.
Mariano anticipó que la semana que viene habrá un gesto por las calles con una peregrinación de unos 4 o 5 km. “Son gestos para repensar qué formas y cosas como Iglesia tenemos que seguir fortaleciendo, algunas dejando de lado y otras que quizás en otro tiempo ayudaron poder resignificarlas para hablar y seguir acompañando a los jóvenes de este tiempo y de los que vendrán” agregó.
Hacia el final dejó en claro que el Sínodo no es una reflexión de dos situaciones diferentes: por un lado la iglesia y por otro los jóvenes. Y aseguró que el Sínodo ya en sí mismo ha hecho una opción por los chicos y las chicas del mundo.