Mi momento de barca

jueves, 1 de noviembre de
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Buscar el descanso

Ir al desierto

Encontrar vida

Dar y darse

La necesidad de descanso de Jesús. Dios hacho hombre. Con su condición humana, así es como Jesús busca el poder descansar y entiende la necesidad de descanso del otro. Busca la calma, busca el hablar con Dios Padre.

Dios amigo, junto con sus discípulos buscando un lugar tranquilo. Pero la multitud se acerca y es momento de volver a empezar.

Para los discípulos, quizás, el descanso no fue como esperaban. Y muchas veces el descanso no es como esperamos.

El rato en la barca, con Jesús, termina siendo el descanso de los discípulos. De orilla a orilla. Solos con el Maestro. Amando la vida.

Hoy me encuentro amando la vida.

Amando esos momentos donde Jesús se nos hace presentes. Donde descansamos en el calor de su amor. Quizás, no es el momento y el lugar que esperamos. Pero ¿cuántas veces en nuestra cotidianeidad entramos ese momento de barca? En un abrazo, en palabras lindas, en gestos y modos, Jesús se hace uno con nuestro corazón y logramos descansar.

La multitud buscaba a Jesús en todo momento y lugar. Lo reconocían e iban tras él. Así cambió vidas.

Siento que una de las semillas que siembra Jesús en nuestras vidas es el tener sed de él. Cuanto más se conoce su modo, cuanto más se lo busca, cuanto más se comparte con él más se alimenta el deseo de estar en su compañía. A pesar de tener mucho, con Jesús nunca se esta satisfecho. Siempre se encuentra una nueva forma de estar con él.

Eso deja Jesús, el deseo de ser guiado.

Siento que ese mismo deseo de amor tenía la multitud y al reconocerlo no dudaron en ir tras él. Y en su condición de maestro, Jesús acoge, escucha, enseña.

Aunque nos vayamos de orilla a orilla, Jesús siempre nos encuentra.

Yani Azcoaga