Evangelio según San Mateo 18,12-14

lunes, 10 de diciembre de

Jesús dijo a sus discípulos:  “¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?

 

Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños.”

 

Palabra de Dios

 

 


Padre Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

 

Nos encontremos en torno a la Palabra del Señor en este día en donde venimos transitando la segunda semana del tiempo de Adviento, tiempo de preparación y conversión. Tiempo para volver la mirada al Señor y preparar el pesebre del corazón para que Jesús pueda nacer.

 

El evangelio nos propone esta escena bíblica donde Jesús les habla a los discípulos y les pone de ejemplo una parábola, para que todos entiendan, de un hombre que tiene cien ovejas y se le pierde una. Dice: “No deja acaso las noventa y nueve ovejas en la montaña para ir a buscar la que se le había extraviado??”

 

Esta Palabra tiene que recordarnos las veces que el Señor nos ha salido a buscar, nos ha curado las heridas y vuelto al redil. Qué importante hacer este ejercicio de ser encontrado por el Señor y por otro lado ser Pastor e ir a buscar a los que se han alejado y extraviado.

 

Quizá por nuestros malos gestos, palabras o actitudes, por no haber sido comprensivos. Quizá por no haber visto en ellos el rostro de Jesús y no los hemos tratado como tal. Qué importante es para nosotros esta Palabra en este tiempo que estamos viviendo.

 

 

Dice el texto bíblico que cuando el Pastor encuentra a la oveja se alegra más por ella que por las otras que no se extraviaron. Es tan valiosa una oveja perdida. Es tan valioso el hermano que se ha alejado del camino del Señor. Por eso, cuando lo encontramos y atraemos al camino de Jesús nos despierta tanta alegría este reencuentro.

 

Por eso pidámosle al Señor en este día que así como fuimos encontrados y salvados también nosotros podamos ser instrumento del Amor de Dios.

 

En este día te hago una propuesta y también me involucro en ella: que podamos ir en busca del hermano que se ha alejado del camino. Seguramente hay familiares o amigos que se han alejado del Amor de Dios. Que podamos ir a buscarlos y que este sea el día para ello.

 

Que el Señor los bendiga mucho y que esta semana siga siendo tiempo de preparación para la Navidad. 

 

Oleada Joven