¿Que dice la gente sobre la Iglesia? ¿Que digo yo de la Iglesia?

miércoles, 22 de junio de
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1. Mandé a preguntar a gente que no fuera del “circulo” de la parroquia, y respondieron cosas como:
ü Es una institución que se quedó en el tiempo.
ü Es estricta cuando habla de sexo y de matrimonio.
ü Que debería deja que los curas se casen.
ü Que el Vaticano es un comercio y que la iglesia es rica.
ü Que hace cosas aburridas.
ü Que discrimina.
Pensé, “¡Que mirada pesimista!”. Pero me pregunté “¿No habrá algo de cierto?”
 
2. Pregunté a una catequista y respondió:
“No tengo nada que decir de la iglesia. Aunque es verdad que en ella habría cosas que cambiar.”
Pensé: “¡Que mirada parcial!”
 
3. Yo veo de otra manera a la Iglesia. Veo una iglesia en “tensión”:
ü A veces parece aferrada a lo que fue un día, proponiendo a un mundo nuevo respuestas que no responden, y sosteniendo estructuras sin vida. Otras veces se vuelve audaz, buscando expresar lo de siempre con lenguajes nuevos, dando a los pueblos vida en Jesús.
ü A veces parece “replegada”, dispuesta siempre a la “condena”. Otras veces “abierta”, capaz de dialogar, de escuchar y entender, dispuesta a “proponer”.
ü A veces parece demasiado “terrenal” y “humana. Otras veces demasiado “espiritual” y “divina”.
ü A veces parece “pesimista” y “quejosa”. Otras veces “positiva” y “esperanzada”.
ü A veces se muestra “rica” y “poderosa”, intocable, separada del resto. Otras veces muestra su “pobreza” y “debilidad”; pobreza humana de sus miembros, pobreza evangélica de los que dejan todo y elijen a los pobres; debilidad humana de sus miembros, debilidad evangélica ante el mundo.
ü A veces “escandaliza”. Otras veces se muestra llena de “mártires y testigos”.
La Iglesia en “tensión”, llena de contradicciones; que es humana y divina. La Iglesia fundada por Cristo, sobre la roca de Pedro (el que lo había negado). La Iglesia que “está en el mundo”, pero que “no es del mundo”. La Iglesia que es imperfecta, pero que aspira a la perfección. La Iglesia que tiene “los pies en la tierra, pero los ojos en el cielo”. Es la Iglesia que amo, en la que recibí la fe, la de mi familia, la que sirvo en mi ministerio, en la que quiero morir.

 

Mariano Cortés