Evangelio segun San Lucas 1, 57- 66.80

jueves, 23 de junio de
image_pdfimage_print

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan". Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.

Palabra de Dios




P. Ivanildo Sales Chavez   Asesor de la Pastoral Juvenil de los Agustinos Recoletos en Santa Fe



Hoy estamos celebrando la solemnidad del nacimiento de Juan Bautista, el precursor del Señor aquel que le prepara el camino, aquel que fue llamado por su misión de predicar un bautismo de preparación para la llegada del reino de Dios.

 

El Evangelio de la tradición cristiana nos revela que su misión fue preparada por Dios desde el mismo momento de su concepción, Juan Bautista fue hijo de un matrimonio estéril, y entrada en años como nosotros podamos encontrar en la palabra y eso nos dice que para Dios nada es imposible. Dice que la mano del Señor estaba con el iba creciendo y se fortalecía en su espíritu.

 

Nosotros somos tambien a partir de nuestro bautismo profetas ya que El nos hace sacerdotes, profetas y reyes. Y como Juan nosotros somos llamados a ser la vos de Dios en medio de nuestra sociedad, aunque muchas veces no somos tenidos en cuenta, no somos escuchados; nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído, lo que hemos experimentado.

 

Lo que el Señor nos pide es ser su vos en medio al mundo tan necesitado de Dios, el mundo grita de hambre de amor, el mundo grita de hambre de sentido, de hambre de Dios. Que podamos tambien ser precursores como Juan Bautista, podamos preparar los caminos para que el Señor llegue al corazón de muchas personas tan necesitados de este encuentro con El.

 

Podamos ser capaces de encarnar nuestra vocación profética y así ser luz para cuantos están en tinieblas. Que así sea.

 

Oleada Joven