Señor, enseñame a ver de que no se trata de “cómo moriste” sino de “cómo viviste”. Que no se trata de “cuánto ganaste” sino de “cuánto diste”. Estas son las unidades para medir el valor de todos los seres humanos, y no su nacimiento.
Enseñame que no se trata de “tener dinero” sino de “ tener corazón” Que sepa preguntarme al final de cada día,
si tuve siempre una palabra amable, una sonrisa, si supe enjugar una lágrima de un hermano si estuve al lado de quién me necesitó,
si fui fiel a mi corazón, si la verdad estuvo siempre…
Enseñame Señor a ver las verdaderas cosas que importan, no permitas que me deje ganar por las preguntas del mundo sino con las preguntas que me llevan a ser una mejor persona, y sobre todo Señor, que sepa preguntarme todos los días, si supe amar como Vos nos enseñaste, amén!