Evangelio segun San Mateo 13, 44-52

domingo, 24 de julio de
image_pdfimage_print

El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces.  Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron.  Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".

Palabra de Dios


De nuestra redaccion

 

En el evangelio de hoy Jesús le habla a la multitud sobre el reino de los cielos, a través de parábolas. Estas parábolas son a modo de representación para que la gente pudiera comprender, sin embargo ningún relato de este tiempo puede encerrar el misterio de la grandeza del reino de Dios.

 

El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; a un mercader que encuentra una piedra preciosa… El reino de los cielos es tan valioso, que ambos hombres son capaces de vender todo con tal de conseguirlos. ¡Que alegría cuando descubrimos algo grande, una gran razón para dar la vida!

 

Le pidamos al Señor que Él sea nuestra gran razón, que nos de la gracia de ofrecer nuestra vida a los demás, de entregarla… incluso cuando atravezamos el dolor y el sufrimiento, empezamos a pregustar el misterio del reino: cuando el dolor es ofrecido se torna dulce y más llevadero.  ¡Que barbaro! La grandeza del reino que se es capaz de cualquier cosa, contal de obtenerlo. Está en el deseo más profundo de todo hombre, es cuestión de darnos cuenta y pedirle a Dios que nos de cada día más deseos de habitar en Él

 

¡Que tengan un lindo domingo!



 

 

Oleada Joven