Evangelio segun San Mateo 15, 21-28

miércoles, 3 de agosto de
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En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar:
«¡Señor, hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio».
Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban:
«Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros».
Él les contestó:
«Yo no he sido enviado, sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel».
Ella se acercó entonces a Jesús y postrada ante él, le dijo:
«¡Señor, ayúdame!»
El le respondió:
«No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos».
Entonces Jesús le respondió:
«Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas».
Y en aquel mismo instante quedó curada su hija.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Mariano Cortes    Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de 9 de Julio

 

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