Adolescencia y Posmodernidad

miércoles, 7 de julio de
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Los adolescentes de la posmodernidad.             Por Ángel Luis Vicentín
Los jóvenes de hoy en día
Este es el título de una tema de Les Luthiers que de manera muy cómica presenta una serie de escenas muy picarescas sobre la mirada que los adultos podemos tener sobre los jóvenes en la actualidad. Mas allá del dato cómico, tenemos esa tendencia a mirar a los jóvenes actuales tal como nosotros éramos hace unos años atrás. Idea tal vez poco feliz, porque carece de objetividad y esto nos lleva a veces a tomar decisiones incorrectas cuando tratamos con los jóvenes. Saber tratar a los adolescentes es “todo un tema”, implica aprendizajes, reformulación de actitudes que a veces los padres no se dan cuenta de lo complejo, desafiante y por sobre todo posible de hacerse.
Hay que animarse a aprender nuevas formas de relacionarnos con los adolescentes ya que la relación que existía entre el adolescente que fuimos y el adulto con quien convivíamos ya no es posible: “los jóvenes de hoy en día, ya no tienen ideología…” dice el libreto de Les Luthiers, refiriéndose al pensamiento de los adultos “de hoy en día”. Mas allá del humor, esto encierra una gran verdad que trataré de explicar de manera mas científica.
Las relaciones adolescentes / adultos
La clave para poder ver esta situación es ubicarnos en la época en que los adultos actuales fuimos jóvenes. Al respecto, hay un trabajo hecho por los autores Obiols, Guillermo – Di Segni de Obiols, Silvia [1] donde destacan dos puntos que a mi entender son cruciales:

Primeramente, citan un estudio hecho en 1968 por los autores Stone y Churc que les permitió definir cuatro tipos de adolescentes:
o    Convencionalistas: son los que se adaptan a la sociedad, No cuestionan la vida del adulto. Se “divierten”, pero nunca separados del mundo adulto. No tienen reparos contra el orden establecidos y hallan la mejor forma de adaptarse al mundo adulto.
o    Idealistas: son los típicos rebeldes. Viven en una constante insatisfacción que los lleva confrontar o proponer o a retirarse a un mundo privado que gira en torno de la satisfacción personal. De éstos hay tres subtipos: el de los reformadores miembros de los movimientos pacifistas y de derechos civiles; el de los voluntarios del cuerpo de paz y el de los beatniks[2] o hippies.
o     Hedonistas Transitorios: Se sienten ajenos al mundo adulto, pero no lo combaten, sino que se alejan. Esperan llegar a ser adultos para hacer las cosas diferentes. Viven cosas del mundo adulto prematuramente, como un juego. Luego se adaptan y asumen responsabilidades de la adultez.
o    Hedonistas Permanentes: Su apartamiento de la sociedad es más deliberado, se funda más en la convicción personal y, puede prolongarse toda la vida.  Buscan excitaciones constantes . Propensos a deportes extremos y a adicciones.
 
Esta caracterización era la propia de la década del ´70, la época en que los padres de hoy fueron jóvenes. Es decir que los padres actuales entraron en algunas de estas categorías descriptas anteriormente.
 
La otra característica citada por Obiols es que el primero de los grupos (los convencionalistas) era el mas representativo de la juventud de aquella época, no así de la época actual, donde predomina una juventud  (y en general, una sociedad) marcada por el individualismo hedonista. Los idealistas se redujeron a casi nada y quedaron como los excluidos en alguna tribu urbana. Qué pasó en el medio? Qué se desarrolló en las décadas de los ´90.
 
Los adultos de hoy en día
 
Que pasaría si reformulamos la frase típica por la que da título a este apartado? Tal vez podríamos deducir lo que pasa con los adolescentes. Es importante destacar que, mientras la visión y descripción del adolescente moderno provenía de aquellos que los enfocaban como objeto de estudio, el modelo de adolescente posmoderno parte no sólo de ellos sino también, y con gran influencia, de los medios masivos los cuales difunden un tipo adolescente en sus propagandas y en sus programas además de divulgar las opiniones de los expertos, que no siempre concuerdan.
Considerando la actitud que asumían los adolescentes ante los problemas sociales, Françoise Dolto realizó un estudio y encontró que los adolescentes franceses de los ´80 habían retomado ciertas banderas y salían a la calle con ellas. Sólo que consideraba que en tal actitud no actuaban individualmente, sino de manera "colectivizada”:
 "Se temía a la generación que parecía carecer de entusiasmo combativo, que se mostraba indiferente y no tomaba posición sobre temas como la solidaridad y el antirracismo. Ahora la vemos unirse y bajar a la calle, organizarse, formar estados generales. Estos jóvenes sienten pues muchas cosas, pero las sienten colectivamente." [3]
Es interesante considerar el tema de la pérdida de individualidad a la luz de lo expresado por Jameson:
"La desaparición del sujeto individual, y su consecuencia formal, el desvanecimiento progresivo del estilo personal, han engendrado la actual práctica casi universal de lo que podríamos llamar el pastiche." [4]
El pastiche, el "como si", el plagio, sería el resultado o engendro de la desaparición de la individualidad. Considerar este punto es de gran importancia en la adolescencia en relación con las teorías que sostenían que tal época de la vida era definitoria en la concreción de la propia identidad, paso necesario para el normal desarrollo humano. La identidad individual era considerada una síntesis producto de identificaciones parciales y elaboración propia. El pastiche, en cambio, significa "ser como si fuera otro", la imitación directa sin elaboración propia, sin estilo personal. Estas apreciaciones sobre los adolescentes posmodernos se basan en encuestas realizadas sobre grupos de ellos.
A partir de datos referidos a Francia, Françoise Dolto dice:
"El conflicto generacional ya no es lo que era. Los jóvenes huyen de los adultos, pero no se enfrentan con ellos. Se rechaza, se critica a los adultos en bloque, y se tiene buena opinión de los padres o se les compadece por ser unas pobres gentes. La hostilidad abierta desaparece de los lazos familiares" [5]
Para Dolto la rebeldía ha sido suplantada por indiferencia, incomunicación:
"El problema es más bien la neutralización de las relaciones, el no intercambio, y lo que se hace es cohabitar. Se habla, sí, pero no se comprende o se piensa que no se puede comprender y que nada puede hacerse por los demás. Ya no hay deseos de comunicarse."
Quizás este hablar sin comunicar tenga relación con el descreimiento en la palabra que surge como rasgo de la posmodernidad; no comprender a los demás puede entenderse como una manifestación del egoísmo, falta de interés por entender y acercarse al otro, y también por la falta de confianza en la razón, en la capacidad intelectual de comprender.
Cuestión de duelos.
No hay que dejar de volver a los básicos: la adolescencia es un período de la vida,  en que la evolución se da por algunos duelos que implican aceptar que ya no se es lo que uno fue, y en ese proceso hay cosas que murieron. Aceptar esto es hacer un duelo. Pero en la adolescencia actual las cosas no son tan así. La posmodemidad ofrece una vida soft, emociones light, todo debe desplazarse suavemente, sin dolor, sin drama, sobrevolando la realidad. Es lícito entonces preguntarse si, dentro de ese marco, hay lugar para los duelos en la medida en que éstos son dolorosos, implican una crisis seria, tristeza, esfuerzo psíquico para superarlos.
Consideremos cada uno de los duelos postulados en su momento por Arminda Aberastury como procesos inherentes al pasaje por la adolescencia:[6]
ü Cuerpo: en principio, el cuerpo del adolescente no es del todo bello, comparado con el cuerpo del niño o del adulto. El adolescente posmoderno deja el cuerpo de la niñez pero para ingresar de por sí en un estado socialmente declarado ideal. Pasa a ser poseedor del cuerpo que hay que tener, que sus padres (¿y abuelos?) desean mantener, es dueño de un tesoro. En la actualidad el cuerpo adolescente es visto como modelo y a pesar sus “imperfecciones” se lo ve como el ideal de todo cuerpo. Por lo tanto no hay una idea neta de duelo.
ü  Padres: la imagen de los padres adultos se desdibuja porque la mayoría de los padres actuales fueron hijos en los ´60 y por lo tanto buscan ser jóvenes la mayor parte del tiempo, como reacción a su educación recibida. Si recibieron pautas rígidas de conducta, comunes por entonces a toda una generación, al educar a sus hijos renuncian a ellas; pero no generan otras nuevas muy claras, o por lo menos cada pareja de padres improvisa, en la medida en que la necesidad lo impone, alguna pauta, a veces tardíamente. Por lo tanto hijos y padres actuales comparten situaciones, por lo tanto el adolescente lo considera un igual y no incorpora la idea de duelo.
ü  Rol e identidades infantiles: los valores primitivos de la infancia se sostienen socialmente, por lo tanto no parece muy claro que haya que abandonar ningún rol de esa etapa al llegar a la adolescencia. Se podrá seguir actuando y deseando como cuando se era niño, aquí tampoco habrá un duelo claramente establecido. La nueva identidad, adolescente /adulto se estructuraría sin que apareciera la idea neta de un duelo, en tanto no habría una pérdida conflictiva que lo provocara. En la modernidad el término adulto está claramente diferenciado pero en la postmodernidad eso se desdibuja.
Hay mucho mas que reflexionar sobre el tema. Debajo de todo esto subyace el hedonismo que “vino para quedarse” y tiñe toda la sociedad posmoderna. Los adultos tal vez tendremos que pensar como salir al frente en todo esto sin repetir modelos pasados pero sin quedarnos en la tibieza del presente. Sin duda esta situación exige de los adultos una respuesta madura y adulta en todo sentido sobre la problemática.
 
Bibliografía
 
Aberastury, A.La Adolescencia normal: un enfoque psicoanalítico. Editorial Paidós, 1971
Dolto, F. La causa de los adolescentes. Barcelona, Seix Barral, 1990, p.90.
Jameson, F. El posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo avanzado. Bs. As., Paidós, 1992.
Obiols, Guillermo – Di Segni de Obiols, Silvia. Adolescencia, Posmodernidad y escuela secundaria; 2001. Ed. Kapelusz
 



[1]Obiols, Guillermo – Di Segni de Obiols, Silvia. Adolescencia, Posmodernidad y escuela secundaria; 2001. Ed. Kapelusz
[2] Beatnick: es un término inventado en 1958 por el periodista estadounidense Herb Caen con el fin de parodiar y referirse despectivamente a la generación beat y sus seguidores, apenas meses después de que se publicara En el camino (On the Road), la novela-manifiesto del movimiento escrita por Jack Kerouac. Los escritores beat rechazaron el término por despectivo, sin embargo el mismo fue adoptado y difundido ampliamente por los medios de comunicación, aplicándolo a un estereotipo juvenil distinguible por la forma de vestirse y arreglarse que se hizo moda, y relacionándolo con una actitud proclive a la holgazanería, el desenfreno sexual, la violencia, el vandalismo y las pandillas de delincuentes. Con el tiempo la denominación terminó siendo aplicada de manera indiscriminada, tanto al estereotipo, como a los artistas de la generación beat y sus seguidores. Los beats y los beatniks se diluyeron en la segunda mitad de la década de los sesenta, inmersos en los movimientos contraculturales como los encarnados por los hippies, el rock, la revolución sexual y las luchas antirracistas y contra la guerra de Vietnam. Fuera de Estados Unidos, ambos términos "beat" y "beatnik" fueron utilizados como sinónimos, sin percibir el sentido paródico del segundo.
[3] Dolto, F. La causa de los adolescentes. Barcelona, Seix Barral, 1990, p.90.
[4] Jameson, F. El posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo avanzado. Bs. As., Paidós, 1992.
[5] Dolto, F. Op.Cit., p. 164 y ss.
[6] Aberastury, A.La Adolescencia normal: un enfoque psicoanalítico. Editorial Paidós, 1971

 

Angel Luis Vicentín