Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa”
El equipo amanece con 3 bajas: los problemas gástricos invaden al team radiomariano. Razones, de las más variadas. Si, ya se, tenemos que descansar mejor y cuidarnos un poco más en las comidas. ¿Qué le vamos a hacer? Y bue, por lo pronto 3 se quedan en casa.
El resto parten a las actividades programas para el día. A las 10 realizan una visita al Palacio Ducal, la que era la residencia ducal de Francisco de Borja, santo patrono de la ciudad. Francisco, nacido en 1510, era viznieto del Papa Alejandro VI, y biznieto también del Rey Fernando el católico. Envuelto en la corte, a los 18 años lo nombran Marqués de Llombay. Se casó y trabajó al servicio de la emperatriz a quien servía con devoción. Al tiempo la emperatriz muere, lo que causó un gran dolor en Francisco.
Francisco de Borja es nombrado Virrey de Cataluña, y comienza a hacerse cargo del Ducado de Gandía, donde estamos viviendo en estos días. En 1546 muere también su esposa. Por entonces decide hacer los ejercicios espirituales de San Ignacio, un mes de retiro.
Desde la muerte de estas mujeres importantes en su vida, Francisco, comenzó a tomar la vida de otro modo; los ejercicios terminaron de impulsarlo a un cambio radical. Lo tenía todo: poder, prestigio, amigos influyentes, un hijo y un futuro prometedor. Sin embargo, la vida de Ignacio de Loyola y de Francisco Javier le impactaron y como ellos, decidió ingresar a la Compañía de Jesús. A los 40 años se ordenó sacerdote, y puso su vida entera, incluyendo su experiencia como cortesano de España, al servicio del evangelio. Ignacio lo hizo responsable de los jesuitas en España y Portugal, y unos años después, fue elegido Tercer Superior General de la Compañía de Jesús.En las imágenes se lo representa contemplando una calabera, que sería de la emperatriz, por sus deseos de servir a un Rey hermoso que permaneciera para siempre.
Después de la visita al Palacio Ducal, que data del siglo XVI, el grupo de peregrinos argentinos recorrió otros centros históricos, como el museo de antropología, la casa de los Escolapios, y continuó el paseo por la ciudad.
En el transcurso de la mañana llegaron los peregrinos de Sudáfrica y de Austria. La bienvenida fue grata y amistosa. Luego llegó el momento de la misa, que se realizó en diversos idiomas junto al Abad Mitrado Gandía, máxima autoridad de la iglesia en el lugar.
Los organizadores de los DED, planificaron un almuerzo típico del lugar para los peregrinos: “Fideuá”, una sopa a base de caldo de pescado complementado con mariscos y fideos. La preparación toma consistencia de guiso, y resulta similar a la paella nada más que con fideos. El Alcalde del pueblo visita al grupo y brinda unas palabras de bienvenida.
Luego la jornada continuó en las playas de Gandía. Junto a los miles de miles de turistas postados en las playas, se veían algunas banderas celestes y blancas. También llegaron los sudafricanos. Nos acercamos para grabar un saludo, pero como no se podían entender, la historia se resolvió con un canto. La música, también es un factor de unión de los pueblos.
Mientras tanto, Mili, Juanjo y Charly permanecían descansando en la casa y ordenando la producción. Hacia la tardecita, nos reunimos al resto del equipo en la playa.
Por la noche, luego de la cena compartida, nos trasladamos a la Capilla San Pedro y San Pablo ubicada en medio de la zona turística del lugar. También se suma la comunidad parroquial y los familiares de los voluntarios del lugar. La capilla se convierte en una fiesta. La estructura del templo es abierta, por lo que el sonido se propaga con rapidez lo que genera la visita de algunos curiosos del lugar. Comenzamos una hermosa adoración al santísimo. Los guías, un sacerdote argentino y el diácono Paco Llorens (responsable de la organización en Gandía y voluntario de Radio María España) nos invitan a pasar por el corazón el esfuerzo nuestro, de nuestros padres y amigos, para llegar en ese momento a ese lugar… Se lee la lectura del Evangelio según San Juán 19, 25-27.
”Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa”.
Descubrimos al discípulo amado como cada uno de nosotros. Nos animamos a sentirnos mirados y amados por Jesús en la cruz, y a llevar a la Madre a nuestras casa, a los cosas de cada día. Pedimos una bendición por nuestra tierra argentina. Cantamos a viva voz “alma misionera”… el compromiso de llevar las gracias recibidas a nuestro país se hace cada vez más fuerte. Le pedimos a Dios que nos de la gracia de ser discípulos y misioneros entre los nuestros, a vivir “arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”.