Señor, tengo hambre y no se de qué,
tengo tantas cosas y nada quiero tener
creo que es hora de buscar
como llenarme de Vos,
enamorándome de Jesús
con toda mi miseria.
Que mi pobreza sea fruto de fe,
que cante de gozo al ver que nada puedo perder.
Fiel a dicho esfuerzo
mi corazón llegará a ser constante acogida
de los que se han de acercar.
Y vivir como los pobres del Reino,
dando gracias y aceptando lo que hay en mí
si estás conmigo,
mi alegría es otra alegría
y aunque yo no sea nada
a Ti te podré compartir.
Que así sea!