Señor, quédate conmigo durante todo el día
y guía todas mis acciones,
mis palabras y pensamientos.
Guarda mis pies para que no anden ociosos,
sino que caminen al encuentro
de las necesidades de los demás.
Guarda mis manos para que no se abran
para hacer el mal,
sino para abrazar y ayudar a todos.
Guarda mi boca para que no diga falsedades
ni cosas indebidas y no hable mal del prójimo.
Guarda mis oídos para que no pierdan el tiempo
en escuchar palabras falsas o sin sentido,
y así sepan estar atentos a escuchar
tu misterioso mensaje.
Que acierte para cumplir también hoy tu voluntad,
que esté dispuesto en este día para animar a todos
y para bendecirte a Ti, Señor de la vida.
Amén!