Amar a Jesús

domingo, 18 de julio de
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“Jesús, mi único Amor” 
“Jesús, mi única dicha amarte”

Para Teresa de Lisieux Jesús lo es todo. Quizás nos puede asustar entrar con ella en esa intimidad, porque nos vemos más distraídos que ella, con menos amor dentro. Pero, al igual que al contemplar un bello paisaje deja nuestro interior con un eco de belleza, así también al acercarnos a ese intercambio de amor entre Jesús y Teresita podemos quedar radiantes.

Atráenos. Si se lo pidió Teresita, cuánto más lo tendremos que pedir nosotros: “Atráenos, Jesús, a tu amor”.
“Pido a Jesús que me atraiga a las llamas de su Amor, que me una tan íntimamente a él que sea él quie

Cuando estamos alejados de tu mirada… ATRÁENOS, JESÚS.

Cuando estamos metidos de lleno en las cosas… ATRÁENOS , JESÚS.

Cuando brota en nuestro corazón la tristeza… ATRÁENOS, JESÚS.

Cuando experimentamos el cansancio ante todo… ATRÁENOS, JESÚS.

Teresa quiere que abandonemos la distancia y tengamos con Jesús planos cortos:
“Tú para mí y yo para ti”. Que no haya distracciones en medio.
“Pienso que el corazón de mi Esposo es sólo para mí, como el mío es solo para El solo, y le hablo en la soledad de este corazón a corazón, esperando contemplarle un día cara a cara” (Ct 122).

El canto de Teresita. Precisamente en adoración al Santísimo brotó este canto enamorado de Teresa.

Vivir de amor quiere decir tenerte,
verbo increado de mi Dios Palabra.
Tú bien sabes, Jesús, que yo te amo
y el Amor de tu Espíritu me inflama.
Sé que, amándote a ti, me atraigo al Padre
y le guarda mi pobre corazón.
¡Oh Trinidad, los Tres sois prisioneros
de mi amor…!

Vivir de amor vivir es de tu vida,
glorioso Rey, delicia de los santos.
Por mí vives oculto en una hostia
¡por ti quiero esconderme en el sagrario!
soledad necesitan los amantes,
siempre estar corazón con corazón.
Me hace feliz tan solo tu mirada,
¡vivo de amor…!

Vivir de amor es darse sin medida,

 sin reclamar salario aquí en la tierra
Yo doy sin llevar cuentas, ¡muy segura
de que en amor el cálculo no entra…!
Lo he dado todo al Corazón divino,
pura ternura…; así, ligera voy
sin más carga que mi única riqueza:
vivir de amor
.

 

 

Tú sabes, Dios mío, que yo nunca he deseado
otra cosa que amarte. No ambiciono otra gloria.
Tu amor me ha acompañado desde la infancia,
ha ido creciendo conmigo, y ahora es un
abismo cuyas profundidades no puedo sondear” (C 35r).

Te Amo Señor !!!

extraido de www.lluviaderosas.com

 

 

Débora Rubiales