Un amor sabio

viernes, 23 de septiembre de
image_pdfimage_print

El amor de Dios lleva tu propio nombre. Abrió ante ti una puerta que ya nunca se cerrará. Te ha regalado un signo para descifrar. Ya no serás el mismo. El amor siempre se hace camino. Gana y pierde, toma y da, devuelve y transforma, envejece y rejuvenece, espera y sueña…

Hay otoños de amor que ponen dorada el alma. Miel que destila el resplandor de la luz. Alas de fuego, suave tibieza y pisadas silenciosas: El amor es el aprendiz de la vida. Sólo él nos alcanza la sabiduría.

 

Eduardo Casas