Evangelio Según San Lucas 10, 13-16

lunes, 26 de septiembre de
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En aquel tiempo, Jesús dijo:
«¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, vestidas de luto y sentadas sobre ceniza. Por eso, el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿crees que serás elevada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo».
Luego, Jesús dijo a sus discípulos:
«El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

 

Palabra de Dios

 

 


P.  José Navarro Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Tucumán

 

Durísimas las palabras del Señor…! ¿qué le pasa a Jesús que dice estas cosas tan duras…? Dan un poco de miedo…!!!
Para entender este pedacito del  evangelio de Lucas, es necesario retroceder hasta el capítulo 9 verso 51. En este pasaje Lucas produce un quiebre en su evangelio. El libro nos introduce en una nueva etapa del itinerario de Jesús. El texto dice: “Cuando se cumplió el tiempo de que se lo llevaran al cielo, emprendió (Jesús) decidido el viaje hacia Jerusalén…”
Hasta ahora Jesús desarrolló su ministerio en Galilea, a partir de este momento el evangelio de Lucas se va a enmarcar en el tema del camino que  llevará a Jesús a Jerusalén, donde será condenado a muerte.


Y en este nuevo itinerario Jesús va a tener muchas dificultades, como por ejemplo lugares donde lo rechazan ni lo quieren dejar  pasar una noche a descansar (Lc9,52-53); o como el texto de hoy en la que no es comprendido ni reciben su mensaje (Lc10,13ss).


Pero a pesar de todo Jesús lleva adelante su Misión, la Voluntad de Dios. ¿Y cuál es la voluntad de Dios? Que todos los hombres se salven.


Mirá… en el camino de tu vida vas a tener muchos obstáculos, muchas dificultades; muchos no te van a comprender, quizás te van a rechazar; o te harán algo malo que te marque mucho y hasta te condicione en muchos aspectos de tu vida. Pero…a pesar de ello no dejes de sentir dentro de vos ese gran deseo de ser feliz. Sentilo bien profundo… y si lo podés oler, como se huelen las flores o un buen perfume, hacelo. Corre a esa meta… corre a realizar ese sueño…que nada ni nadie te quite ese anhelo…sólo vos sos dueño de ese deseo que está dentro tuyo…no lo dejés por nada. Jesús cumplió su deseo, su anhelo; por eso él decía: “mi mayor deseo es hacer la Voluntad de mi Padre”. Creo que Jesús te puede ayudar a caminar tu camino de la vida…Jesús quiere que cumplas tu deseo…compartile tu sueño, compartile tu vida, camina con el Señor…


Te invito a que reces el salmo 23: “El Señor es mi Pastor”

 

 

Oleada Joven