Nuestro Jardinero viene nuevamente en ésta primavera, él que nos conoce, nos invita a trabajar la tierra de nuestro corazón preparándola para llenarlo con las flores más bonitas. Pero para eso, nos invita a responder algunas preguntas; porque no quiere armarlo solo sino que quiere hacerlo con nosotros.
Te animás a responderle y responderte?
La primera pregunta es, una vez que miramos bien el terreno, pensemos en ¿qué tenemos? ¿con qué contamos? Debemos ser bien objetivos para mirar si tenemos lugar, buena tierra, buena luz, etc.
Sabiendo lo que tenemos podemos preguntarnos ¿qué es lo que queremos tener como jardín? ¿a dónde y cómo queremos florecer? Es muy importante tener en cuenta que en este punto el invierno, que se está yendo, es el que nos permitió conocernos; la crudeza del mismo cobra sentido porque es ahora cuando podemos descubrir su verdadero significado. Otra cosa a considerar es que para responder éstas preguntas, muchas veces nos encontramos condicionados por lo que vemos en el jardín del otro y pretendemos tener nosotros también. Pero no debemos olvidar que si soy una cerezo no puedo florecer como manzano!!
En el qué queremos es muy importante pensar también, si los cuidados que necesitan las plantas que elijo estan dentro de mis posibilidades, es decir, por ejemplo, no es recomendable cultivar una planta que exige de mí un cuidado tal que me lleva a permanecer arrodillado/a la mayor parte del día o que necesite ser regada muchas veces en el día cuando mi rutina me lleva a estar demasiadas horas fuera de casa.
Pidamos la gracia de poder elegir las flores que el Jardinero pensó como ideales para cada uno de nuestros jardines!!