Detenerse…

viernes, 30 de septiembre de

 

Señor, me gustaría detenerme

 

en este mismo instante.

 

¿Por qué tanta agitación?

 

¿Para qué tanto frenesí?

 

Ya no sé detenerme.

 

Me he olvidado de rezar.

 

Cierro ahora mis ojos.

 

Quiero hablar contigo, Señor.

 

Quiero abrirme a tu universo,

 

pero mis ojos se resisten

 

a permanecer cerrados.

 

Siento que una agitación frenética

 

invade todo mi cuerpo,

 

que va y viene, se agita,

 

esclavo de la prisa.

 

Señor, me gustaría detenerme

 

ahora mismo.

 

¿Por qué tanta prisa?

 

¿Por que tanta agitación?

 

Yo no puedo salvar al mundo.

 


 

Yo soy apenas una gota de

 

agua en el océano inmenso

 

de tu maravillosa creación.

 

Lo verdaderamente importante

 

es buscar tu rostro bendito.

 

Lo verdaderamente importante

 

es detenerse de vez en cuando,

 

y esforzarse en proclamar que

 

Vos sos la Grandeza, la Hermosura,

 

la Magnificencia, que Vos s el Amor.

 

Lo urgente es hacer y dejar

 

que Vos hables dentro de mí.

 


 

Vivir en la profundidad de las cosas

 

y en el continuo esfuerzo por

 

buscarte en el silencio de tu misterio.

 

Mi corazón continúa latiendo,

 

pero de una manera diferente.

 

no estoy haciendo nada,

 

no estoy apurándome.

 

simplemente, estoy ante Ti, Señor.

 

Y qué bueno  que es estar delante de tuyo.

 

Que así sea!

 
 
 
 
Ignacio Larrañaga

 

Maria Carolina Chahin