Evangelio segun San Lucas 10, 25-37

domingo, 2 de octubre de
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 En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: 
«Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?»
Jesús le dijo: 
«¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?” 
El doctor de la ley contestó: 
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser; y a tu prójimo como a ti mismo». 
Jesús le dijo: 
«Has contestado bien; si haces eso vivirás».
El doctor de la ley para justificarse, le preguntó a Jesús: 
«¿Y quién es mi prójimo?»
Jesús le dijo: 
«Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones los cuales le robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo un levita que pasó por allí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente, sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: “Cuida de él y lo que gastes demás te lo pagaré a mi regreso”. 
¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?»
El doctor de la ley le respondió:
«El que tuvo compasión de él». 
Entonces Jesús le dijo: 
«Anda y haz tú lo mismo».



Palabra de Dios




Pbro. Maximiliano Turri



La intención del doctor de la ley, alguien que había estudiado y conocía lo que le preguntaba, es lo que Jesús pone en evidencia. El doctor de la ley quiere usar el conocimiento que tiene para hacerle una trampa, en vez de usar ese conocimiento para aplicarlo, lo mal usa en contra del mismo Jesús.

Si en verdad fuera un conocedor de la Escritura, habría entendido qué era lo que había que hacer en vez de decir.

 

Conocer para quedarse y mostrar cuando se sabe, en vez de compartir y sobre todo vivirlo es a lo que Jesús nos invita hoy.

¿De qué sirve saber mucho?, ¿de qué sirve tener doctorados?, si somos ignorantes en la práctica de lo que conocemos. Lo esencial de la ley es reaccionar como si ese extraño fuera tu propio amigo, actuar de tal modo que no se pongan condiciones para ayudarlo.  ¿Qué importa quién es?, ¿qué importa lo que hizo?, porque existe no lo puedo abandonar.

 

Esto es lo esencial, esto es lo que importa hacer, más que conocer. Que hay que estudiar es cierto, que hay que perfeccionarse también, pero por sobre todo debemos ser expertos en el arte de ayudar al que está herido, sufriendo, abandonado, marginado y despreciado.

Ve y procede tú de la misma manera, nos seguirá repitiendo Jesús desde el Evangelio.

 

Que tengas un hermoso día. Que Dios te bendiga.

 

Oleada Joven