Evangelio segun San Lucas 11, 42-46

martes, 11 de octubre de
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En aquel tiempo dijo Jesús:
«¡Ay de ustedes, fariseos, porque pagan diezmos hasta de la hierbabuena, de la ruda y de todas las verduras, pero se olvidan de la justicia y del amor de Dios! Esto debían practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar los lugares de honor en las sinagogas y que les hagan reverencias en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven, sobre los cuales pasa la gente sin darse cuenta!».
Entonces tomó la palabra un doctor de la ley y le dijo:
«Maestro, al hablar así nos insultas también a nosotros».
Jesús le respondió:
«¡Ay de ustedes, también, doctores de la ley, porque abruman a la gente con cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni con la punta del dedo!»

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Mariano Cortes Asesor Pastoral Juvenil de la Diócesis de 9 de Julio

 

Lo vemos a Jesús que les habla a los Fariseos y que, con mucha claridad pero también con mucha dureza, les señala sus incoherencias. Les habla  que cumplen escrupulosamente las leyes pero descuidan la justicia y  el amor, les habla que hacen cosas para aparentar, para ser vistos, ser reconocidos por los demas. Les habla que imponen a los demás  un montón de cargas que ellos no son capaces de cumplir, que no son capaces de vivir.


Este texto nos puede hacer pensar también a nosotros sobre nuestros propios defectos, nuestras propias incoherencias. Estas cosas que Jesús señala de los fariseos, de los doctores de la ley   ¿No estan presentes también en nuestras actitudes? ¿No estan presentes también en nuestra forma de actuar, de obrar, de vivir? Lo que los fariseos viven ¿No es lo que también nosotros vivimos, lo que nosotros hacemos? Por eso te propongo que le digas al Señor "Señor perdoná mis incoherencias, Señor ayudame a ver siempre cuáles son mis errores. Señor ayudame a servirte de corazón, a buscar siempre tu voluntad, a hacer lo que tu Padre quieres en vez de aparentar o ser reconocido.

 

Te dejo en la presencia de la Palabra de Dios para que tu luz y tu alimento y te dejo con mi bendición en el nombre de Padre, del Hijo y de Espíritu Santo Amén.

 

 

Oleada Joven