Roberto, (Ricardo Darín) es un veterano de guerra de Las Islas Malvinas. Su vida se ha detenido hace veinte años a causa de un duro revés del destino, y desde entonces vive recluido en su casa, atrincherado, casi sin contacto con el mundo, hasta que un extraño evento lo despierta y lo trae de regreso a la vida. Ese evento, es cuando se encuentra con Jun, un chino que fue arrojado desde el interior de un taxi, luego de haber sido asaltado por el chofer y sus secuaces.
Desde ese momento en el que Jun (Huang Sheng Huang) cae a los pies de Roberto, comienzan una extraña y forzada convivencia entre ambos, ya que Roberto no habla chino y Jun no habla español. Aunque Roberto intentó dejarlo en una comisaría o en la embajada China, pero nadie lo quiso recibir. Por esa razón y a pesar de que Roberto no pueda convivir con nadie porque es un ermitaño lleno de manías obsesivas, decide llevarlo a su casa, ya que no tiene coraje de dejarlo abandonado en la calle.
A partir de allí, comienza una convivencia forzada, ya que Roberto intenta todo lo que está a su alcance para sacárselo de encima. Dicha convivencia, trae un sin fin de complicaciones para Roberto, lo cuál genera situaciones de mucho humor durante todo el film. Pero lo que Roberto ignora, es que ambos están unidos por un extraño destino desde antes de conocerse, y al descubrirlo, ambos modifican definitivamente sus vidas.
Es una simpática historia que nos hace no tan solo reír, sino también emocionarnos y descubrir, que en la simpleza de las cosas, y en la interacción con el otro, está la esencia de la vida misma.