Evangelio segun San Mateo 14, 22-36

lunes, 2 de agosto de
image_pdfimage_print







Después que sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaron a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento les era contrario.

De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo enseguida: "¡Animo, soy yo, no tengáis miedo! Pedro le contestó: "Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua". El le dijo: "Ven". Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: "Señor, sálvame". En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: "¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?

En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él diciendo: "Realmente eres Hijo de Dios". Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron curados.

Palabra de Dios





 

Reflexión: Monseñor Fernando Maletti | Obispo de la Diócesis de Bariloche

 

  Acabamos de escuchar el pasaje del evangelio en el cual Jesús camina sobre el agua, nos dice el evangelio que hay un dialogo entre la necesidad y la respuesta a esa necesidad. La necesidad la expresa Pedro:” Señor si eres tú mándame, ir a tu encuentro sobre el agua”

La respuesta de Jesús: Ven, también el Señor sálvame y Jesús le responde: Hombre de poca fe, porque dudaste, e inmediatamente sigue la curación en la región de Genesaret, donde Jesús cura a un enfermo que con solo tocar los flecos de su manto decían, podían quedar curados.

 

Estas dos experiencias que vivieron los discípulos, fueron tan fuertes, que le dieron a ellos, un sentido muy fuerte de lo que es la fe. La fe es precisamente la garantía de lo que esperamos y la seguridad de lo que no vemos. L a fe es una forma de vida y por eso la fe más que producir milagros en el sentido técnico como entendemos de la palabra, produce la fuerza necesaria, para estar bien parados desde Dios, en la realidad en que nos toca vivir.

 

Por eso que bueno que en la vida sepamos acompañar desde la fe, todos los acontecimientos límites por los que vivimos, como cuando se hundía la barca, en el caso de los discípulos o con la gente ya tan en situación límite que tenían la certeza de que con solo tocar su manto iban a quedar curados.

 

Que nuestra fe crezca día a día y nos haga a todos fieles discípulos misioneros de Jesús. 

 

Oleada Joven