Carta a Dios

miércoles, 19 de octubre de
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Hola Dios!!: ¿Cómo estás?…


Te escribo para saludarte y porque ahora sí tengo que surtirme, pues la "canasta básica" con que me mandaste al mundo se me ha ido agotando a lo largo de estos años.


Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia. Ya me quedan poquitas esperanzas y el frasquito de fe, está también vacío. La imaginación también está escaseando por estos rumbos.


También debes saber que hay cosas de la canasta que ya no necesito como la dependencia y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos enojos y problemas me han ocasionado. Así que quisiera pedirte nuevos productos para la canasta.


Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia (pero hasta el tope), y mándame por favor el curso intensivo "Cómo ser más prudente", volúmenes 1, 2 y 3.


Envíame también varias bolsas grandes, pero "bolsones" de madurez que tanta falta me hace. También quisiera un baúl de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera. Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra.


Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería mucho.


Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesar que en algunas ocasiones tomé grandes cantidades y me empachó. Nuevas ilusiones y una doble ración de fe y esperanza también me caería excelente.


Te pido también una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris y oscura. Me sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo que me hace daño.


Por favor mándame un frasco de merthiolate y una cajita de curitas para sanar mi corazón, porque últimamente ha tropezado bastante y tiene muchos raspones.


Te pido unos diskettes, porque tengo el cerebro lleno de información y necesito espacio para guardar más.


Te pido muchas zanahorias, para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no verlas. Necesito también un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me acuerde de que el tiempo corre y no debo desperdiciarlo.


¿Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mismo, ah? Sé que voy a necesitarlas para soportar los tiempos difíciles y para levantarme cuando caiga.


También quisiera una cajita de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida y te pido unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir mis sueños.


Necesito también una pluma con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos.


Pero más que nada, te pido que me des mucha vida, para lograr todo lo que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo,
 tenga algo que llevarte y veas que no desperdicié el tiempo aquí en la Tierra.


De antemano te agradezco lo que me puedas mandar y te agradezco el doble todo lo que me mandaste la primera vez.


Con mucho cariño….

 

Oleada Joven