Para completar este humilde compartir me sirvio de mucho el Evangelio de San Marcos Cap 3, 1-21.
… Para comenzar me pregunto ¿Es posible que un hombre vuelva a nacer? Como le pregunto Nicodemo al Señor. Y la verdad que es posible volver a nacer de nuevo, con solo abrir un poquito el corazón. En cada momento pudimos experimentar esto volver a sentirnos nuevos por el Espiritu Santo. Ya desde el viernes el Señor empezo a preparar la tierra de nuestros corazones para que vivamos completamente entregado y desfrutar de cada momento y cada didamica. Y de como hiba calando hondo en todo aquello que nos era de difiltad antes de llegar al retiro. Como en cada instante podiamos sentir que nos abrazaba con su infinita misericordia, para limpiarnos de nuestras suciedades que traimos. Una de las primeras cosas que me llamo mucho la antención,es esto de que era la primera vez que yo recuerde que todos los hermanos arranacamos desde el viernes el retiro. Como para no perdernos nada de lo que el Señor habia preparado para la comunidad este fin de semana. La verdad considero que esto es una de las primeras gracias que puedo ver ahora. Para continuar con mi compartir varios de nosotros llegaba con algun tipo de oscuridad al retiro (Ya sea los obtaculo que nuestra propia naturaleza le pone a la gracia que no deja que se enrraice en todo el corazón. Para que el Señor puede rey y soberano de todo nuestro ser). En Nicodemo había algo en su interior que hacia mucho le hacia ruido y que su razón lo alcanzaba a comprender. Es por eso que dio un paso de trascendencia, con todo lo implicaba e ir al encuentro de aquel que le podia dar una respuesta. Esa fue la experiencia que fuimos teniendo cada uno de nosotros en estos días. El Señor nos fue invitando en cada momento y en cada dinámica, que no miremos la suciedad con la que llegabamos, sino que lo miremos a él para que nos abrazo por completo. Esta es otra de las gracias comunitarias que puedo compartirles. Pero sin duda considero que las dos gracias más importantes que el Señor derramo en la Comunidad, fue la Alianza Fraterna que se manifestando desde el peincipio del Retiro. Algo que me llenado el corazón, que sentia que ya no quedaba lugar para tanto amor que Dios nos tiene. Para culminar con este testimonio, otra de las gracias trascendentales que puedo ver que el Señor fue derramando, es esto de vivir un Nuevo Pentecostés para alabarlo con todo nuestro cuerpo. Que el Señor por intermedio de su Espiritu siga renovando en todo aquello que hace renovar.
Matías García de la Comunidad del Movimiento de la Palabra de Dios, Parana