Tengo que decirte…

viernes, 28 de octubre de
image_pdfimage_print

 

Tengo que decirte que te necesito;


 que una vez que he podido disfrutar de vos,


que te he sentido muy cerca de mí
 en varias ocasiones,


 me he dado cuenta que me importás mucho…

 

Pero me da vergüenza decírtelo.


No quiero depender de nadie.


No me gusta llorarle a nadie.


Lo mío, sólo a mí me importa
y nadie hay capaz de comprenderlo.


No quiero arriesgarme a agarrarte cariño,
porque he tardado mucho en acostumbrarme
a resolver las cosas solo,
 y ya sé lo que duele extrañar a alguien
 y no poder tenerlo enseguida a tu lado.


 Pero, aunque me cuesta muchísimo reconocerlo,
 me hace falta una mano a la cual agarrarme,
una sombra que acompañe a la mía,
un hombro sobre el cual poder llorar,
una palabra de comprensión y de ánimo.


Siempre has tenido tu brazo tendido,
los ojos pendientes,
el corazón dispuesto,
las puertas abiertas
y el reloj guardado…


 Aunque yo me dedico a mirar a otro lado.


 ¿Por qué no te tendré en cuenta?¿Por qué empeñarme en prescindir de ti,
 en guardármelo todo, en esconder y callar?


¿Por qué lo dejo siempre para más tarde,
para otro día, para cuando tenga tiempo? ¡Para nunca!


 ¿Acaso puedo ser feliz apoyándome sólo en mí mismo?


 ¿Existe felicidad cuando no hay compañía para compartirla?


A lo mejor tengo que aprender de vos a decir:
 «Acompañáme, vení conmigo, no me dejés solo,
  escuchá mis palabras y mis secretos,
donde esté yo, quiero que estés conmigo».


¡Hasta un Dios necesita desnudar el corazón con sus amigos!

 

 

 

Enrique Martínez, cmf

 

 

Oleada Joven