Evangelio según San Lucas 15, 1-10

miércoles, 2 de noviembre de
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En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: "Ése acoge a los pecadores y come con ellos." Jesús les dijo esta parábola: "Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles "¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta."

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Luis Cruz Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Santiago del Estero



Es un Evangelio donde Jesús recibe una crítica, donde es cuestionado y murmuraban diciendo: este hombre recibe a los pecadores y como con ellos. Pero Jesús nos va a contar dos parábolas que nos ayudan especialmente a trabajar el tema del perdón, de la misericordia, que se demuestra de manera tan exclusiva, tan especial en aquel mensaje que nosotros hemos leído y hemos escuchado en varias situaciones, que es la misericordia donde se muestra el hijo pródigo, donde el padre espera a su hijo y donde lo que a  gastado, sino simplemente lo abraza lleno de alegría y le va a decir: "Hagamos fiesta porque lo he recuperado sano y salvo, estaba muerto y ahora a vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado." 

 

En esta parábola que Jesús nos cuenta hoy, que habla de la oveja perdida y de la moneda donde la pierde y la encuentra y hace una gran fiesta, lo mismo sucederá por un pecador que se convierta, habrá gran fiesta en el cielo. Surge la alegría nuestra cada vez que un joven se acerca a la parroquia a pesar de sus errores y de tantas situaciones que quizás a cometido, y si se acerca es porque quiere cambiar, es porque siente el arrepentimiento y necesita experimentar la misericordia de Dios y que bueno es que nosotros podamos tomar esa figura, de poder recibirlo con esa alegría y con ese entusiasmo porque alguien ha vuelto y quiere trabajar y apostar por este mensaje de vida, mensaje de amor, mensaje de perdón. Muchas veces pasa lo contrario, en nuestras comunidades donde vemos acercarse a alguien y sabemos o conocemos su vida y muchas veces pensamos, este viene.

 

Yo creo, que la Misericordia de Dios es muy grande, infinita y ponernos en la propuesta que Jesús nos hace, como dice San Pablo, es tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús, especialmente ese sentimiento de misericordia que nos a demostrado en su vida pública especialmente en la Cruz: "Padre, perdónalos no saben lo que hacen."

 

Trabajar en este día, es especialmente meditar, contemplar la Misericordia de Dios. Que bueno seria, que como jóvenes podamos también tomar un Evangelio y observemos las actitudes, las características de Jesús, especialmente poder encontrarnos donde él muestra la Misericordia de Dios, lo hace visible con obras concretas, una vez que nosotros podamos impregnarnos de eso para que nosotros podamos primero sentir la Misericordia de Dios y poder hacer que el otro sienta, ese perdón, esa Misericordia de Dios, con nuestra alegría, con nuestro entusiasmo y decir que bueno que es estar aquí, porque seguramente muchas cosas se podrán hacer.

 

Le pedimos hoy a Jesús, para que él nos ayude a tener esa alegría y no muchas veces envidia, sino que sepamos también disfrutar del carisma, de los talentos, de las capacidades de los otros, también poder sentir ese arrepentimiento ese paso tan importante que la persona da, por eso se acerca a la Iglesia y poder tomar esa figura del Padre en el Hijo pródigo, de abrazarlo con alegría y decir: Ese hijo estaba perdido y ha sido encontrado, estaba muerto y ha vuelto a la vida. Creo que es el mejor mensaje que nosotros podemos transmitir y dejar a nuestras generaciones, el tema de la Misericordia, del perdón y hacerlo presente en cada una de nuestras comunidades y Jesús seguramente va a estar presente y nos va a acompañar en cada instante de nuestras vidas.

 

En el día de ayer hemos celebrado a todos los Difuntos y bueno aquellas personas que nos han ayudado a experimentar la Misericordia de Dios y están ya junto a Dios por su ejemplo y que ellos también puedan acompañarnos y ser nuestros intercesores. Ponernos en la figura de Jesús y no en la de los escribas y fariseos que murmuran diciendo: Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos, sino que podamos sentir la Misericordia y hacer que sienta el abrazo de la Misericordia de Dios por medio de nosotros aquellas personas que se acercan a diversas iglesias, comunidades a trabajar, después del arrepentimientos, porque ellos seguramente quieren cambiar y experimentar en su persona el mensaje de Dios.

 

María Santísima, especialmente Nuestra Señora de Luján nos acompañe en este día para que podamos sentir y hacer sentir la Misericordia de Dios en nuestros hermanos.

 

Oleada Joven