Evangelio segun San Lucas 12, 32-48

domingo, 8 de agosto de
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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre."Pedro le preguntó: "Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?" El Señor le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá."

Palabra de Dios


Reflexión: Monseñor Damián Bitar | Obispo Auxiliar de la Diócesis de San Justo

 

El texto comienza con una de las más bellas declaraciones de Jesús: “No temas, pequeño rebaño…”¡Qué palabras para estos tiempos! ¡Qué palabras para los jóvenes! A pesar de tantos avances técnicos e informáticos, el hombre de hoy también tiene miedo ¡y miedo a todo! Miedo al presente…al mañana… que provocan ansiedad y angustia…Que importante es esta palabra que Jesús repite en varias ocasiones, llegando incluso a decir: “No tengan miedo a los que matan el cuerpo…”. Sí, Jesús llega incluso a relativizar la muerte física a la par de la posibilidad de la muerte “del alma”.
 
Frente a los miedos tenemos  un gran anuncio : el evangelio es no solo Buena Noticia para el cerebro sino para el corazón. No solo libera de la ignorancia sino del miedo, no solo de la opresión externa sino de la interna, psicológica. Y…no es un simple anuncio. El lo hace verdaderamente.
 
Por eso San Pablo dirá: ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo…? En todo vencemos gracias a Aquel que nos amó… Es decir la liberación de los miedos no está en una técnica o en una idea sino en una persona: ¡Jesús que nos amó hasta el extremo!
El es el disolvente del miedo, que en el fondo es falta de libertad interior. Y el viene para que recuperemos esa libertad. Nos dirá: No tengan miedo, Yo he vencido al mundo y a la muerte…
 
¿Qué debemos hacer? Hacer como cuando vamos al médico y le mostramos las enfermedades. Sacar los miedos, presentarlos a Jesús, mostrárselos, echar luz sobre ellos, exponerlos al Sol que es Jesús…Llegar a la raíz de los mismos y mirarlos con él al lado para que los quite ¡o los lleve conmigo!.
 
“Gracias Señor porque quieres y puedes disolver mis miedos e infundirme no un espíritu de temor sino de fortaleza”
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Después de estas palabras tan cálidas Jesús nos recuerda que nuestro corazón puede apegarse a las cosas de manera desordenada. Que nuestro tesoro puede dejar de ser Dios. Por eso exhorta a ser desprendidos, a compartir…en la “lógica” de Dios mientras más damos más nos enriquecemos de bienes espiritulaes: la paz de Dios, su amor y el auxilio continuo de la Providencia del Padre.
Después, Jesús nos confía algunas recomendaciones que podemos resumir en la vigilancia, estar atentos, no dormirse, estando “en otra”… (bíblicamente es una actitud del siervo frente a su señor, implica expectativa por su retorno, prontitud para recibirle, disponibilidad para el servicio )
¿Como debe ser la espera? No debe ser temerosa, ansiosa, distraída, perezosa, ni despreocupada, sino activa, atenta: con ropa de trabajo (ceñida la cintura y con las lámparas encendidas), es decir una vida llena de contenido, de fe y de obras…
Y a la vez una bienaventuranza “inaudita”:¡¡feliz, el criado a quien su señor encuentre así, haciendo lo que debe!!..¡El mismo se pondrá a servirlo!
 
Esto es algo que nunca se da entre los hombres, pero si en “la lógica” de Dios, como lo vivimos por “adelantado” en la Eucaristía en donde él mismo nos sirve al alimento de la vida que no tiene fin.

 

Oleada Joven