Evangelio según San Lucas 17, 20-25

lunes, 7 de noviembre de
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En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús:
«¿Cuándo llegará el Reino de Dios?»
Jesús les respondió:
«El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: “Esta aquí”, o “Está allá”, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes».
Les dijo entonces a sus discípulos:
«Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre, y no podrán. Entonces les dirán: “Está aquí”, o “Está allá”, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación».

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Luis Cruz Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Santiago de Estero



Hay un mensaje muy importante donde Jesús menciona algo que nos llama mucho la atención y que es esencial para nosotros, cuando habla sobre el Reino de Dios. Y dice "el Reino de Dios no se podrá decir está aquí o esta allá, sino el Reino de Dios está entre ustedes." El Reino de Dios que está entre medio de nosotros, cosa que ya había anunciado en su vida pública, incluso Juan el Bautista, el va a decir: Conviértanse el Reino de Dios está cerca.

 

Con la presencia de Jesús, el Reino de Dios se hace presente en medio de nosotros. Que importante es descubrir ese Reino de Dios entre nosotros, y poder decir somos ciudadanos de ese Reino de Dios cuya ley principal y mandamiento más importante, que Jesús nos ha dejado, es el mandamiento del Amor. Amarse los unos a los otros, parece que es algo esencial, San Agustín ya lo decía: "Ama y has lo que quieras"; porque si uno ama siempre va as hacer  lo mejor posible las cosas y nada podrá hacer que pueda dañar al otro porque el Amor siempre va a ser constructor, el Amor siempre unifica, el Amor siempre mira el bien común, el bien de la humanidad.

 

Podemos pensar en este día, cada uno, que el Reino de Dios está entre nosotros, darnos cuenta de esa importancia, de esa esencia de la vida de cada uno de nosotros, me parece que es lo mejor que podemos hacer para ir cerrando este año litúrgico. Si nosotros nos damos cuenta del Reino de Dios y que somos ciudadanos de ese Reino, entonces tenemos que dejarnos guiar por ese Mandamiento del Amor que Jesús nos ha dejado, porque desde ahí vamos a ir reconociéndonos verdaderamente ciudadanos y vamos a ser parte de este Reino de Dios, en el cual después lo vamos a vivir en su plenitud allá en el cielo. Por eso, creo que en este día es importante que nosotros contemplemos y meditemos estas palabras: El Reino de Dios está entre nosotros. Ser ciudadanos del Reino de Dios, sin dejar de pensar que tenemos los píes aquí en la tierra.

 

Somos ciudadanos, pero estamos viviendo aquí en esta comunidad, en este  mundo donde nosotros tenemos que hacer presentes con todas nuestras fuerzas y alegría y decir que el ¡Reino de Dios vale la pena! Y como nosotros nos reconocemos ciudadanos de un territorio, de un país, y entonces que  bueno es también que nosotros podamos decir que somos ciudadanos de este Reino de Dios. Debermos poder hacer reconocer y valer ese reinado de Dios frente a tantas situaciones y decir que esto puede prevalecer frente a la cultura de la muerte, porque Dios me ofrece en su reinado el tema de la Vida, y la vida que no termina sino que trasciende.

 

Por eso creo, que en este día como jóvenes podemos contemplar en la comunidad, en mi familia, que el Reino de Dios está en medio de nosotros.  Creo que tenemos muchas cosas para ir reconociendo, descubrienddo, transformando.

 

Jesucristo, que es nuestro Rey, nos ayude para que nosotros seamos verdaderos ciudadanos de su Reino y  así un día también podamos compartir ese reinado de Dios allá en el Cielo y con tantas personas y con tantos  jóvenes que dieron su vida por esta propuesta de Jesús.

 

 

Oleada Joven