Evangelio segun San Juan 12, 24-26

martes, 10 de agosto de
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Jesús dijo: Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre

Palabra de Dios


Reflexión: Monseñor Fernando Maletti | Obispo de la Diócesis de Bariloche




Queridos hermanas y hermanos acabamos de escuchar el evangelio, donde el evangelista San Juan nos expresa en el contexto de la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén, como Jesús anuncia que su glorificación va a venir por medio de su muerte. Aquí Jesús nos vuelve a mostrar que la vida de todos nosotros tiene sentido en sí ,si es una vida que da frutos y para que nuestra vida de fruto, como el grano de trigo tiene que morir, enterrarse, diríamos reventar para hacerse planta. Si muere, da muchos frutos.

Y el Señor nos da también un aliento a ese natural apetito de sobrenaturalidad que tenemos las personas, para que realmente hagamos de nuestra vida, un mundo de espiritualidad intensa, por eso el Señor va a llegar a decirles a sus discípulos miren el que tenga apego a su vida la perderá, en cambio el que no esta apegado a su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna.

Y esto sea para nosotros una línea de conducta fuerte para estar constantemente desconectándonos de aquellas cosas que nos esclavizan, de esos dioses con minúsculas que nos fabricamos y volviendo a apostar al Dios verdadero y a ese camino hacia esa “vida” con mayúscula, hacia la cual todos peregrinamos.

El sentido por lo tanto de afrontar nuestros dolores, es como Jesús sabiendo que el que, pierde su vida, la gana, y en eso las personas mayores nos enseñan cuanto vale entregando hasta quedar absolutamente despojados para descansar para siempre en los brazos de Dios. Ese es el camino, ese itinerario es también una vocación para nosotros, para todo nuestro caminar como discípulos misioneros del Señor, para que nuestros pueblos en él tengan vida.

 

 

 

Oleada Joven