¡No puedo más! ¡Estoy derrotado! ¡He sido vencido! Son frases que decimos en diferentes etapas de nuestra vida. Los motivos son diversos: tentaciones, problemas, dolor, angustia, dificultad, soledad etc…
El médico aconsejaba a un paciente que sufría de insomnio diciéndole: ¿Por qué no intenta contar cuando se acuesta en la cama?
-El afectado responde: Porque soy boxeador, y cuando llego contando hasta nueve, ¡me levanto!
Esta tiene que ser nuestra actitud en el combate de la vida.
Si te encuentras abatido por los golpes de la vida, ¡ha llegado! La hora de contar hasta nueve y levantarse. Tú también eres un pugilista, tú también eres un boxeador espiritual, no puedes quedarte tendido en el suelo. El entrenador te está animando diciendo: ¡levántate! ¡Animo, yo he vencido al mundo! (Juan 16,33)
Si el motivo para que no te levantes es tu anemia y debilidad espiritual empieza a alimentarte, como un niño busca la leche de la Palabra, gracias a ella te levantaras, crecerás y alcanzaras la plenitud (1ra Pedro 2,2)
Si es la primera vez que has caído, los primeros golpes de la vida te han derribado, no te quedes deprimido, recuerda que: Nuestro mayor logro no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.
El dolor por la traición, te tiene tendido en el piso mirando hacia el pasado, es momento para recordar que: Cuando se cierra una puerta a la felicidad, otra se abre, no te quedes tanto tiempo mirando la puerta cerrada, mira más bien la puerta que se abrió.
Si estas abatido por el abandono, te recuerdo que hay alguien que nunca te abandonara (Isaías 49,14-16)
Por último si estas golpeado y humillado, es hora de humillarse pero esta vez bajo la poderosa mano de Dios, porque ha llegado el momento que El te levante. (1ra Pedro 5,6) y una vez levantado te convertirás en un Boxeador.
En la mente y el corazón tienes que llevar un distintivo que diga: “Retorna el boxeador”
¡Animo! ¡Levántate! Llego la hora de pelear en el combate de la vida. Amén
Fuente: autorescatolicos.org