Evangelio según San Lucas 19, 1-10

lunes, 14 de noviembre de
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En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y subió a un árbol para verlo cuando pasará por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”.
El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse a la casa de un pecador”.
Zaqueo poniéndose de pie, dijo a Jesús, “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, si he defraudado a alguien le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy a llegado la salvación de esta casa, porque también es el hijo de Abraham , y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se les había perdido”

 

Palabra de Dios

 

 


P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de Diócesis de Villa María



Que hermosa historia encontramos hoy en el evangelio, el encuentro de Jesús con Zaqueo que sin duda  habla de nosotros, habla de nuestro encuentro con Jesús. Zaqueo era el jefe de los publicanos, era un pecador público que quería ver quién era Jesús. Había en él como una inclinación, un deseo, un anhelo profundo de verlo a Jesús y para poder ver a Jesús, para poder hacer carne ese deseo que él sentía no le importa lo que dicen los demás.

 

Cuando Jesús pasa por su pueblo, como era muy petiso se sube en un árbol. Zaqueo reconoce, aún en medio de su situación de pecado, aún sintiéndose y sabiéndose hijo de Dios reconoce su necesidad de Jesús por eso se sube al árbol. Jesús, que siempre le atrae el pecador, pasó por donde seguramente había muchas personas buenas, muchas personas justas pero detiene su mirada en los ojos y en el corazón de Zaqueo; le dice "baja pronto porque hoy y ahora me voy alojar en tu casa", baja pronto Zaqueo porque quiero mostrarte que te quiero, baja pronto Zaqueo porque ese anhelo y ese deseo que te llevó subirte al árbol hoy, va a ser para vos una hermosa realidad. Dice que Jesús y Zaqueo pasaron un tiempo juntos, en su casa, junto a su familia y sin duda la gente no lo vió bien, pero ese momento para Zaqueo le cambio la vida.

 

Zaqueo siguió su corazón, siguió ese deseo de conocer a Jesús. Aún en medio de su pecado Jesús lo miró al corazón, le habló al corazón, entró en su casa, cambió su vida y la vida de Zaqueo; cambió definitivamente de egoísta, se convirtió en solidario de una persona, maldita se convirtió en aquel que ayudaba a los demás. Eso también quiere Jesús hacer en nosotros, quiere entrar en nuestra casa y cambiarnos la vida. Ojalá que ya lo haya hecho y que lo siga haciendo todos los días.

 

Que tengas una buena semana!!

 

 

Oleada Joven