Nosotros no estamos llamados solamente
a disfrutar de Dios en nuestro interior.
También estamos llamados a hacerlo presente a nuestro alrededor,
a penetrar el mundo con la fuerza y la luz de Dios.
Pero ¿qué significa llevar al mundo la presencia de Dios?
Para saberlo nos basta contemplar a Jesús,
porque Jesús es Dios con nosotros,
Jesús es Dios introducido en este mundo,
Jesús es Dios iluminando
la tierra desde adentro.
Por eso, para inundar la sociedad con la luz de Dios,
lo mejor es actuar como actuaba Jesús,
hablar como Él hablaba,
tratar a los demás como Él lo hacía,
dar la vida por los demás como Él lo hacía,
dar la vida por los demás como Él la entregó hasta el fin,
con los brazos abiertos.
Imagínate cómo sería un día de tu vida si actuaras como Jesús,
y trata de vivirlo de esa manera.
Fuente: “Un estímulo todos los días”, Víctor Manuel Fernández, Editorial Bonum