Dios y Señor mío, no sé adonde voy.
No vislumbro el camino delante de mí.
Ni siquiera me conozco realmente a mí mismo.
Y el hecho es que pienso que cumplo tu voluntad
pero no significa que realmente lo esté haciendo.
Pero creo que el deseo de agradarte,
de hecho hace que te agrade.
Y espero que nunca haré nada aparte de ese deseo.
Y además estoy seguro que si hago eso,
me conducirás por el camino recto
aunque yo lo desconozca por completo.
Me atrevo a decirte que quiero confiar siempre en Vos.
Aunque más de una vez pueda parecerme que estoy perdido y en sombra de muerte
no temeré porque Vos estás siempre conmigo
y nunca permitirás que me sienta solo en mis luchas y búsquedas.
Que así sea!
Thomas Merton