Lo confieso…

martes, 29 de noviembre de
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Señor, mi mundo se ve cuestionado constantemente

por la palabra placer, vanidad y “yo”.

No puedo decir de dónde viene mi inspiración para señalar esto

porque si no soy tachada de fanática y pierdo toda credibilidad científica.

Porque no son conclusiones a las que he llegado con la cabeza, sino con el corazón.

Y además creo que no se puede llegar a ellas con la cabeza.

Mi vida es una amalgama de datos verificables y de verdades del alma,

de mis vivencias, de las cosas que siento.

Y me paso la vida intentando separar lo que vivo y lo que pienso.

Lo que es y lo que tiene que ser.

Por eso te pido Señor, nos des una mano a los que queremos

distribuir tu nombre por el mundo unido a la palabra amor.

Que complicada es la lucha si no te sentimos cerca,

si no peleamos con Vos entre los brazos.

Danos pies de plomo y manos ágiles para abrazar a tiempo, consolar al momento,

ayudar donde se nos necesite.

Que la esperanza no se nos pierda por el camino.

Que hablemos de Vos sin palabras y con la profundidad de nuestra mirada;

que renazcamos cada día de tu agua, de tu Espíritu, de las pruebas a las que nos vamos sometiendo.

Como el viento, que está. Para poder llegar pronto a los sitios donde se cuecen las cosas.

Y poner, paz, alegría y resurrección.

Yo te quiero pedir hoy, Padre, que me des fe, que deje de luchar menos contra mí misma

a la hora de saber lo que tengo que proponer o no a mis hermanos…

No quiero aspirar a superheroe, pero asumo la vida del amor de cada día

como la forma que tengo de entregarme aquí, como lo hizo Jesús.
Que sepa hacer partícipes a los demás de esta suerte intentando que ellos también

se encuentren algún día con Vos y te tomen como un estilo para amar.

Que así sea!

 


Cristina López Navas

 

Oleada Joven