Evangelio según San Mateo 11, 28-30

martes, 6 de diciembre de
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En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraran su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Mariano Cortes Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de 9 de Julio

 

 Lo vemos a Jesús en el texto que toma la Palabra y que dice “Vengan a mí todos los que estén afligidos y agobiados que yo los aliviaré, carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón y así encontrarán alivio, porque mi yugo es suave y mi carga liviana.

“Vengan a mí” dice que Jesús. “Acérquense” En primer lugar lo vemos a Jesús que nos invita, nos llama “Vengan” como tantos otros llamados, pero este es un llamado distinto, especial porque nos dice: “Vengan a mí todos los que esten afligidos y agobiados” los que esten cansados los que están desanimados, los que sufren, los que tienen dolor, los que tiene algún agobio “vengan” vengan a mí porque yo los aliviaré, nos dice el Señor.

Podríamos preguntarnos, en primer lugar ¿cuál es aquella cosa que nos agobia? ¿cuál es ese peso que cargamos? Que el Señor nos está invitando a descargarlo, a ponerlo en Él, en sus manos, en Su amor, en su misericordia.

También podríamos preguntarnos si somos capaces de descargar nuestras preocupaciones en Él; de dejar que sea Él el que se ocupe de lo nuestro, de hacer la carga de nuestro yugo más liviana y llevadera.

Podríamos terminar rezándole una oración al Señor, diciéndole: Señor Jesús, gracias por llamarnos a buscar en vos el alivio, gracias por llamarnos a dejar y a despositar en vos las cosas que nos pesan las cosas que nos cuestan. Señor, queremos que vos seas el que cargue nuestro yugo para que sea más liviano, para que sea más llevadero.

Que el Señor, te acompañe. En este día, te dejo en la presencia del Su Palabra y de mi bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

 

Oleada Joven