Evangelio según San Mateo 11, 16-19

miércoles, 7 de diciembre de
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En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no han bailado; hemos cantado lamentaciones, y no han llorado." Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tienen a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios."

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. José Navarro Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Tucumán

 

 Hay algunos dichos que decimos como por ejemplo: “dime con quién andas y te diré quién eres…” o que alguna conductora de tv dice: “como te ven te tratan y si te ven mal te maltratan…” Me parece que es una mirada muy pesimista de la vida y de las personas, y que en el fondo encierra un cierto resentimiento.


Si algo no debe ganar tu corazón es la búsqueda enfermiza de cuidar tu imagen, o el resentimiento, la indiferencia hacia los demás, el ser exclusivista, etc.


Jesús nos enseña a vivir y a gozar de la vida y de las personas. Jesús no excluía a nadie, ni tampoco era prejuicioso. Por eso en el evangelio de hoy vemos como recibe fuertes críticas de parte de los que se consideraban mejores que los demás.


Jesús, siendo el Hijo de Dios, no hace distinción de personas, sino que nos ama a todos como somos; es uno más de nosotros, uno más del montón.


Para Jesús todos somos importantes, todos somos dignos de su presencia, de que él entre en nuestra casa y en la casa de cualquiera y comparta la vida y la intimidad.


Jesús no es un puritano que se escandaliza por el pecado o los errores de las personas y esto es para que nos demos cuenta que no tiene sentido escapar o huir de Jesús cuando pecamos, cuando caemos en nuestras miserias, porque es en esas situaciones cuando Dios más nos busca…

 

Oleada Joven