“Llegan las fiestas y pareciera que todo me pone de cara a la soledad y al dolor de las ausencias. Es decir las ausencias se hacen sentir más.”
Hay ausencias que son inevitables, que no dependen de nosotros. Personas que se van de nuestra vida por diferentes motivos; a veces por propia voluntad, porque deciden dejar de compartir el camino con nosotros.
Ocurre también que, por el mismo proceso personal, somos nosotros los que elegimos ésta soledad porque apostamos a algo que está por venir, confiamos en ello pero la espera a veces, desespera. O simplemente eso que nos hacía cercanos, amigos, compañeros se terminó y ya nada tenemos en común con ese otro.
También puede suceder que sentimos no pertencer a nuestra propia familia, pero llega ésta época del año y “debemos” compartir con ellos; algo que nos lleva a esa sensación de soledad.
En La Oleada nos preguntamos como superar éstas situaciones sin negarlas y no privarnos de la posibilidad de celebrar , aun a pesar de las dificultades; para descubrirlos, conversamos con la Lic. en Psicología María del Carmen Ramacciotti.
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